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Xàtiva planea revertir parte del suelo no urbanizado de los PAI cancelados

La edil de Urbanismo, Cristina Suñer, se compromete a «buscar una solución» a los dueños de parcelas agrícolas que tributan como urbanas Ve prioritario ajustar la ordenación «a las necesidades actuales»

Revisar la catalogación del suelo sujeto a los diversos PAI cancelados con la crisis y reactivar la tramitación del Plan Especial del núcleo antiguo. Son las dos grandes líneas prioritarias de actuación que se marca Cristina Suñer al frente del área de Urbanismo de Xàtiva. El golpe de timón que pretende dar la portavoz de Compromís a la política urbanística de la ciudad —en una concejalía que en los últimos 20 años ha estado ligada siempre a la misma persona—comienza por reunirse con los propietarios de los terrenos de uso agrícola del Cànyoles que tributan como urbanos como consecuencia de una planificación industrial «alejada de la realidad», que se vio truncada con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Suñer se compromete a «buscar una solución» consensuada con los afectados, que a pesar de estar en posesión de «bancales destinados a cultivos agrarios», tienen consideración de suelo industrial y están sujetos al pago de un recibo del IBI que no casa con la falta de perspectivas de desarrollo. La regidora podrá culminar en el gobierno municipal el proceso que promovió desde la oposición la legislatura pasada, reclamando la caducidad de todos los programas urbanísticos paralizados que no se habían desarrollado conforme a las previsiones de los urbanizadores. A pesar de haberse cancelado cinco de ellos, la catalogación de las parcelas urbanizables no se ha visto alterada. De todos los PAI congelados, solo queda por resolver uno: el del sector Albaida, también de carácter industrial y pendiente de desarrollar. El anterior equipo de gobierno lo dejó aparcado encima de la mesa por los tiras y afloja con el urbanizador. La edil aboga por que siga el mismo camino que el resto tras los trámites ordinarios.

Suñer sostiene que en Xàtiva existe una excesiva cantidad de terrenos vinculados a usos industriales o residenciales de acuerdo a las necesidades reales de la ciudad, a raíz de unas previsiones de crecimiento «exageradas» truncadas con la crisis. Para la edil, el PGOU vigente es «desordenado y desorbitado» porque estaba pensado para una ciudad de 50.000 habitantes, aunque redactar uno nuevo implicaría un proceso largo y costoso e impediría llevar a cabo una serie de actuaciones que considera urgentes, añade.

Examinar «caso por caso»

Suñer se decanta por examinar con lupa la clasificación de todos los sectores urbanizables para «ir resolviendo» los problemas que atribuye a la «mala planificación» urbanística. De este modo, deberían definirse «claramente» los usos del suelo. En algunos casos, el estudio de las situaciones conduciría a desclasificar extensiones de suelo industrial o residencial sin perspectivas de desarrollarse para que vuelvan a su catalogación rústica —salvando los posibles escollos técnicos—, mientras que en otros, en los que se observe un uso industrial consolidado, se mantendrá la calificación para dar respuesta a aquellas empresas que se hallan fuera de ordenación.

Suñer ve prioritaria la necesidad de redefinir los polígonos industriales proyectados en Xàtiva, que ocupan grandes extensiones de suelo a pesar de estar «vacíos» y en gran medida sin desarrollar. La edil se muestra partidaria de «redefinir» el «caos» en la ordenación territorial de la ciudad aplicando criterios de sostenibilidad y recuperando metros de huerta sacrificados en el PGOU.

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