Como es natural, y con tan solo dos actuaciones en La Murta, el socio del Olímpic todavía no conoce al completo la plantilla que dispone el equipo para afrontar la presente temporada. Oportunamente se han venido publicando las incorporaciones de nuevos futbolistas haciendo hincapié más en sus virtudes y polivalencias, como es lógico, que en sus carencias. Son 26 los futbolistas que finalmente componen la plantilla con una mezcla de chicos jóvenes e inexpertos junto a veteranos, algunos ya rozando el final de carrera.
Respecto al llamado cuerpo técnico, cabe manifestar que se cuenta con un primer entrenador, Guillermo Fernández, que debuta como primero, al que acompaña un segundo entrenador, Elías Martí, un preparador físico, Ángel Fernández, un entrenador de porteros, José Martínez, un fisioterapeuta, Pablo Ruiz, delegado, Antonio Peinado, materialista, Pablo Balaguer, y un director deportivo, L. M. Garrido.
Pese a semejante despliegue técnico podría pensarse lo ilógico que es el fútbol cuando el equipo que dirigen se halla en una encrucijada de difícil salida tras perder los tres partidos que ha jugado y ello ante equipos de clase media, si me lo permiten, en la misma en la que podría enclavarse al nuestro.
Así las cosas, y ante la cuarta jornada que hoy tiene que dilucidar el Olímpic en la Ciudad Deportiva de Paterna ante el Valencia-Mestalla, equipo que se supone es más o menos de nivel parecido al de los setabenses, no hace falta destacar la importancia que tienen los puntos en litigio.
El Olímpic está obligado a ganar si quiere comenzar a enderezar su trayectoria. Ya no vale lo de las buenas sensaciones, hasta ahora milonga preferida por el técnico, que está ofreciendo el equipo y en la que el socio, cuyo comportamiento está siendo ejemplar, a dejado de creer tras la última derrota ante el At. Baleares.
Tomar decisiones. Peligroso partido, pues, para el señor Fernández que, ante una nueva derrota, quizá en el club se optara por tomar las decisiones propias en este deporte, no deseadas pero si convenientes, que sirvieran como revulsivo, algo habitual cuando el equipo no marcha de acuerdo con las ilusiones que se crean en cada comienzo de temporada y sobre todo después de las exitosas campañas alcanzadas por el equipo en los años precedentes.
