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a posteriori

Triunfo esforzado

sfuerzo local y sufrimiento visitante, pero esta vez nos sonrió la fortuna. El Olímpic, agarrado al sistema utilizado en años anteriores, amparado por esa fortuna que le dio la espalda en las tres jornadas precedentes, recobró el aliento venciendo a un jovencísimo Mestalla con todo merecimiento, 0-1, demostrando que en fútbol, tan meritorio es hacer goles como evitarlos.

Y en ese sentido el regreso de Pepín, compañero entrañable del sheriff Mendoza, con quien comparte brillantemente responsabilidades defensivas y junto a la revelación del equipo como es Sipo, un lateral zurdo de muchos quilates, mantuvieron la compostura para, junto a la brega constante del resto de sus compañeros, conseguir los tres valiosísimos puntos en litigio.

Diego, con su brillante actuación, hizo las paces con la afición setabense y suponemos que también consigo mismo, abortando cualquier síntoma de gol de los locales y confirmando que es el buen portero que el equipo necesita.

Se sufrió mucho, consecuencia de haber conseguido el gol demasiado pronto merced a un cabezazo de Javi Navarro a la salida de un corner en el minuto 9. Se acertaron los cambios efectuados en los minutos 65, Berna, jugador defensivo por Canadell y en el 81, Rifaterra, jugador creativo por Álex Vaquero. Con ello, el equipo quedó inalterable y pudo mantener el tipo hasta el final.

El equipo se arremangó en el tramo final ante la presión de los chicos del filial, como era procedente y nos demostró con esta victoria en campo ajeno que puede competir decorosamente con el resto de equipos. Visto lo visto procede confiar en la experiencia de Javi Navarro, si como apuntan quienes le conocen, es jugador con gol, algo que el equipo perdió con la salida de Cortell, aunque las características de ambos sean tan diferentes.

Así pues, victoria que abre las puertas a la esperanza y que convendría refrendar el próximo partido ante el Huracán, que trae su dosis de morbo con la presencia de su entrenador, el señor Seligrat, cuyo trabajo al frente del Olímpic se recuerda con cariño.

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