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Condenan a una empresa por permitir 19 viviendas en suelo inestable en Bocairent

La firma encargada de las prospecciones geológicas y los arquitectos del proyecto han de abonar 107.292 euros a la aseguradora que se hizo cargo de la reparación de las grietas surgidas en la finca

Condenan a una empresa por permitir 19 viviendas en suelo inestable en Bocairent

Una empresa de geotecnia de Albaida ha sido condenada, junto a los arquitectos responsables del proyecto y la dirección facultativa de las obras, por no advertir del deficiente estado del terreno sobre el que se asentó la cimentación de un bloque de 19 viviendas edificado en 2006 en un solar de la calle Font de Teula de Bocairent.

Una sentencia emitida por el juzgado de Primera instancia e instrucción nº 2 de Ontinyent y publicada hace unos días en el Boletín Oficial, responsabiliza a los acusados de los desperfectos y grietas surgidos en el edificio como consecuencia de los errores en los estudios de suelo previos. Esta circunstancia generó una situación de inestabilidad en el inmueble que obligó a ejecutar una serie de reparaciones para subsanar los problemas. El coste de la actuación quedó cubierto, dentro de la garantía de las obras, por la aseguradora Caser, SA, a la que, según estima ahora la juez, los demandados han de abonar solidariamente 107.292 euros más los intereses generados desde 2011, cuando esta última firma llevó los hechos a los tribunales.

La promotora del bloque de pisos fue indemnizada por la aseguradora después de presentar en 2011 un informe que atribuía los siniestros en la construcción del edificio al «insuficiente» estudio geológico desarrollado por la empresa TCO-Geoscan Geotecnia, SL, actualmente en proceso de liquidación concursal. Con posterioridad, Caser interpuso una demanda en los juzgados para reclamar el coste de las reparaciones.

El fallo absuelve de cualquier responsabilidad tanto al aparejador director y coordinador de la obra como a la constructora, Construcciones Malferit, SL, declarada en situación procesal de rebeldía por no acudir sus responsables —en paradero desconocido— al juicio. La magistrada, en cambio, considera acreditado el «error» en la elaboración del informe geotécnico encargado en junio de 2004 que no reparó en la inadecuación de los terrenos y responsabiliza tanto a la mercantil que lo redactó como a los arquitectos directores del proyecto, por haber aceptado sus conclusiones.

La zona de obra se componía de dos solares rectangulares, en cada uno de los cuales se realizó un sondeo y dos penetraciones que no detectaron ninguna anomalía en las parcelas. Una vez culminados los trabajos de edificación, sin embargo, aparecieron fisuras en los tabiques perpendiculares de una de las viviendas construidas, por lo que la promotora encargó un nuevo informe pericial que reveló movimientos de hasta 2,22 mm en uno de los testigos implantados en el piso 1 del portal 31 y alertó de «una situación de inestabilidad estructural progresiva». Según estas investigaciones, los movimientos de tierra desplegados durante la urbanización del sector —en la zona de ensanche de Bocairent— generaron «bancales a base de rellenos con diferente grado de compactación», con el fin de compensar la fuerte pendiente del terreno original.

El estudio geotécnico no constató dichos rellenos porque únicamente se desarrolló un sondeo en el centro de la parcela en cuestión. El representante de TCO-Geoscan defendió el carácter «fortuito» de los daños surgidos en el bloque de viviendas y manifestó en el juicio que, al realizar las prospecciones, la consultora tomó como referencia otro solar próximo cuyos materiales eran los mismos que los del terreno donde se iba a edificar y «en ningún momento» se apreciaron los rellenos. De ahí que los trabajos de edificación obtuvieran luz verde.

Terreno no apto para edificar

Las partes demandadas aportaron informes periciales que discrepan en cuanto a la responsabilidad de los agentes de la construcción y a la indemnización a satisfacer, si bien todos ellos coinciden en que hubo un error de base en el estudio geotécnico. Fue a través de un segundo informe, en 2011, cuando se averiguó el origen de los daños estructurales: la cimentación del edificio se había apoyado parcialmente sobre un nivel de rellenos «no competente». Se trataba «de un terreno similar pero removido», cuyas características «no eran aptas para la edificiación» porque había sido «abancalado y rellenado» con material procedente de la construcción de calles.

Los problemas consiguieron solucionarse con el recalce de todas las zapatas de la fachada noroeste del edificio afectado pos las patologías. La sentencia, que todavía no es firme, desestima las alegaciones presentadas tanto por la empresa encargada del diagnóstico geológico del suelo, como por los tres arquitectos responsables del proyecto y la dirección facultativa de la obra. Todos ellos han de responder solidariamente del coste de las reparaciones.

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