Ha sido el primero en defender su tesis doctoral en el campus de Ontinyent. ¿Qué supone para un ontinyentí?
Una satisfacción muy grande. He estado trabajando sobre la historia de la educación en Ontinyent, y la Universitat de València, la sede de Ontinyent, contribuye a que la ciudad sea cada vez más universitaria, que haya actividad académica es importante. Y defender la tesis en el campus, después de tantos años, es una satisfacción personal y colectiva, porque ello contribuye a engrandecer los estudios universitarios en la ciudad, a que la UV se haga más grande.
Además, participó en la gestación de la implantación de los estudios universitarios en Ontinyent cuando fue jefe de gabinete de los alcaldes Vicent Requena y Manuel Reguart. Completa la cuadratura del círculo, primero impulsando la implantación de la universidad y después defendiendo su tesis allí.
Participé en la tarea que desde la alcaldía tocaba hacer. En aquellos momentos, responsables políticos como Requena y Reguart, junto con diferentes rectores, empresarios y trabajadores lucharon para llevar a la ciudad esa actividad universitaria. Y no solo he defendido la tesis, sino que mi vinculación con el campus es también como profesor asociado y formando parte de la vida académica ontinyentina.
¿Cómo fueron esos primeros pasos para que la UV se instalara en Ontinyent?
No soy la persona adecuada para hablar de los primeros pasos, porque fueron los alcaldes, el rector de entonces, Pedro Ruiz, o el director de Caixa Ontinyent, Paco Sanchis, ya fallecido. Ellos fueron los principales responsables de llevar adelante el proyecto, que ha acabado siendo un proyecto de todos: Municipal, de la Mancomunitat de la Vall, los empresarios, sindicatos, rectorado. Un proyecto que ofrece la oportunidad a los jóvenes de la ciudad y la comarca de unos estudios universitarios en Ontinyent.
¿Qué analiza en la tesis doctoral «Educació i societat d'Ontinyent. 1800-1975»?
La tesis es un repaso, interpretación y análisis del sistema educativo en la ciudad de Ontinyent de 1800 a 1975, centrado en la enseñanza primaria. Y como ha influido esa enseñanza en la sociedad ontinyentina. Analiza la construcción del sistema educativo y como se ha manifestado a lo largo de 175 años.
Un periodo amplio y con muchos cambios.
Sí, muchos cambios. Son 175 años, pero si analizamos las políticas educativas solo hay un pequeño periodo de cambio en la historia de la educación, la 2ª República. El resto está influenciado por el sector conservador, por la iglesia.
Es notoria la cantidad de colegios religiosos en la ciudad.
Sí, y debido a eso hay un dicho, «en Ontinyent, fill de frares», por la cantidad de colegios religiosos. Los estudiosos parten de la Constitución de 1812 y, desde entonces y hasta 1934 solo se construye un centro público de primaria en Ontinyent. Estaba el de los Jesuitas, que funcionaba como público, pero el primero público como tal que se crea es el Joaquín Costa, después llamado Lluís Vives, en 1934, en la 2ª República. Posteriormente, en 1964 se construye el Rafael Juan Vidal. Ello demuestra que la preocupación por la enseñanza pública era limitada y en 200 años ha cambiado bien poco en primaria.
La sociedad ontinyentina está muy ligada también a la religión.
Hay mucha tradición religiosa en la sociedad de Ontinyent y posiblemente haya tenido que ver la transmisión de valores más conservadores, más religiosos de las escuelas. Antes de la Guerra Civil la presencia de la iglesia era muy importante. Se rompe con la llegada de la 2ª República, que trae otra manera de ver la escuela, apartándose de la religiosa. Y la escuela ha sido muy importante en algunas decisiones, como cuando en 1927 la pedanía de Fontanars dels Alforins se independiza de Ontinyent, se constituye en pueblo en sede escolar. El primer pleno se hace en la escuela pública de allí. Un hecho que hay que poner en valor.
Esos cambios han permitido que Ontinyent hoy en día oferte estudios públicos para todos los niveles educativos.
Sí, pero ha habido dificultades aquí para fomentar la enseñanza en todos los niveles. Si el primer centro público de primaria tarda 134 años en construirse, el de secundaria no llegaría hasta 1970. Antes estaba el de los Franciscanos, pero no era público. Fue a partir de la democracia cuando comienza a plantearse fomentar los estudios, con nuevos centros. Hay que tener en cuenta que en los años 60 Ontinyent vive un boom industrial y acoge mucha inmigración. Había niños que escolarizar y la política educativa coge vuelo con muchas escuelas abrazadas a la iglesia. De esos años es el colegio San José. Con la llegada de la democracia y la implicación de más agentes educativos comienzan a desarrollarse centros públicos.
Trabaja en el departamento de Bienestar Social del ayuntamiento en concreto en temas de absentismo escolar. ¿Desde dónde se puede luchar más para combatirlos, desde la escuela o la sociedad?
Creo que tiene que haber un triángulo, entre la sociedad, la escuela y la familia. La culpa del absentismo escolar es tanto de las familias, como de la escuela y del sistema educativo, que no sabe concretar las necesidades de los chavales que dejan la escuela. Y la escuela tiene que fomentar otros valores, no tan competitivos.
