unque el capricho del calendario este año ha deparado que entre las festividades de Fallas y las de Semana Santa y Pascua tan sólo haya unos pocos días, esta situación no es ni mucho menos excepcional ya que es algo sabido con bastante antelación. En este sentido, los destinos turísticos ya consolidados y con años de trayectoria trabajan sobre este tipo de eventualidades desde inmediatamente después de la finalización de su campaña anterior, preparando y adaptando la promoción y la oferta a las peculiaridades de la siguiente campaña.
Evidentemente Xàtiva no es un destino turístico consolidado y le queda mucho camino por delante, en bastantes aspectos, para poder llegar a serlo algún día. Ello no quita para poder pensar en aplicar ya, después de tantos años de estancamiento, algunos criterios profesionales y expertos en lo relativo a la promoción y adecuación previas de la oferta de la ciudad, para épocas tan turísticas en el mercado nacional y valenciano como la Semana Santa y la Pascua. Si nos retrotraemos al inicio del año, la difundida presencia de la oferta turística setabense en la feria FITUR de Madrid, -que coincidió con un puente festivo en la ciudad de Valencia en el que los horarios de los monumentos y museos de Xàtiva no estuvieron una vez más a la altura-, no ha venido seguida de un exigente calendario de trabajo, habilitando y liderando un buen equipo humano municipal junto con todas las empresas, establecimientos y profesionales turísticos de la ciudad, para preparar con garantías la mejor recepción del visitante que se supone que se captó en ese destacado foro turístico internacional.
Cuando se leen, por ejemplo los saludas institucionales del libro de la Semana Santa Setabense todos hacen hincapié en la reciente declaración de la celebración como fiesta de interés turístico provincial pero poco o nada se ha trabajado en una acción global de promoción de la ciudad que incentivara la visita desde las Fallas —fiesta de interés turístico autonómico—, pasando por la Semana Santa y alargándola hasta la segunda Pascua de San Vicente.
Prueba del atractivo, por ejemplo, de algunos actos de la Semana Santa fue el llenazo de la monumental plaza de Calixto III, en pleno corazón del conjunto histórico, para presenciar el encuentro de las dos imágenes del Cristo de la Expiración, El Cachorro, en la celebración del 50 aniversario de su cofradía. O las miles de personas que acuden cada año a la ciudad para presenciar por las calles del centro histórico la destacada procesión general del Santo Entierro, sobre la que ya se debería estar trabajando para su declaración turística autonómica, pese a que sigue sin buscarse solución alguna al problema del paso de los tronos de mayores dimensiones y más llamativos por el adoquinado de la calle Corretgeria, algo que deja incompleto el final del desfile procesional ante las monumentales portadas iluminadas de la Colegiata y el Hospital Major en una plaza repleta de público.
Traslados. Y sin solución de continuidad, los siguientes largos fines de semana festivos son una oportunidad para que la ciudad reciba visitantes, que pueden recalar en restaurantes y generar pernoctaciones, siempre que se haya construido adecuadamente, con tiempo y promocionado en los foros adecuados, un paquete con el extenso atractivo de monumentos, museos, cultura, naturaleza, gastronomía y tradiciones festivas que la ciudad de Xàtiva posee y que bien planteados, accesibles, abiertos con un amplio horario y con incentivos añadidos con motivo de la época, —como por ejemplo, las hermosas imágenes procesionales arregladas en el interior de las antiguas iglesias para poder ser admiradas—, constituirían una oferta imbatible en el contexto de toda la Comunitat Valenciana y cuyo éxito se multiplicaría a través del boca-oreja de unos visitantes satisfechos y atendidos, optimizando sin duda la promoción previa realizada.
