l Olímpic nos deparó ante el Alcoyano, 3-1, el mejor partido de la temporada de los que acostumbrábamos a ver en La Murta. Junto a una gran motivación que permitió a los nuestros ejercer una insostenible presión sobre los del Deportivo, el equipo parecía otro distinto al de otras tardes. Ante unas gradas repletas de público, muchos de fuera, otros de casa que aceptaron las condiciones especiales diseñadas por los maestros recaudadores como son los nuevos directivos, la tarde cobijó un espectáculo como en los viejos tiempos, que calmó sobradamente el apetito del fútbol de verdad ofrecido en tarde primaveral.
Tuvo mucho que ver el trabajo de Raúl Garrido, entrenador local que, conocedor de gran parte de la herencia de jugadores recogidos del Huracán puestos a su cargo, supo elegirlos y mucho más distribuirlos sobre el verde césped artificial pero de nueva generación del campo. El despliegue incontenible de nuestros jugadores y la apabullante presión sobre un buen contrario como es el Alcoyano dejaron satisfecha a la afición que ya sueña con la posibilidad de mantener la categoría, todavía difícil dado que los contrarios que pelean por lo mismo están consiguiendo resultados también positivos.
Evidentemente, queda mucho por hacer y la jornada no ha sido todo lo propicia que hubiéramos deseado pero la mejora experimentada por los nuestros nos hace concebir nuevas e ilusionantes esperanzas confiando en que los Garrido boys sean capaces de mantener la ilusión y capacidad de trabajo mostradas el pasado domingo.
Todo pasará por lo que se consiga en los cuatro partidos que quedan de liga, dos fuera y dos en casa ante contrarios que ya no aspiran a nada, lo que puede ser un arma de doble filo. Sin embargo, la confrontación entre ellos mismos, Hospitalet-Olot, Levante-Pobla de Mafumet, Pobla de Mafumet- Lleida , y Olot-Levante podrían facilitarnos las cosas si, como se supone, el Olímpic mantiene el ritmo mostrado ante el Alcoyano y los otros bajen la guardia.
