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Villagrasa reclama ser el jefe de la Policía Local de Xàtiva tras 20 años apartado por el PP

La convocatoria de la plaza de intendente ha llevado a quien dirigía este departamento con el socialista Calabuig a solicitar el reincorporarse al puesto

Villagrasa reclama ser el jefe de la Policía Local de Xàtiva tras 20 años apartado por el PP

Todo apunta a que Antoni Villagrasa, jefe de la Policía Local de Xàtiva con el socialista Miquel Calabuig en la alcaldía, podría volver a su puesto más de veinte años después. Villagrasa, que es el agente con mayor graduación, estuvo relegado de tales funciones durante los años en que gobernó el PP, periodo en el que incluso se llegaron a contratar a dos jefes de policía (González Cachorro y Piñón). De hecho, pese a tener una nómina muy alta acorde a su rango y antigüedad, fuentes consultadas por este diario aseguran que en ocasiones «nadie en la Policía sabía realmente qué hacía en concreto; sólo recibía órdenes directas del concejal, José Antonio Vidal».

El problema es que Villagrasa ha puesto en un verdadero apuro al equipo de gobierno y, en particular al alcalde, Roger Cerdà. Y es que días atrás, el consistorio convocó dos plazas: trabajador social e intendente de la policía. La oferta de intendente buscaba el relevo de Enric Gómez (otra cuestión controvertida, ya que goza de un excepcional aprecio entre la plantilla) pero en modo alguno nadie del gobierno pensó que aspirara a ello Villagrasa, de 56 años.

La convocatoria de intendente estaba llamada a recibir numerosos aspirantes, y hasta Roger Cerdà tenía un favorito venido de fuera, cuestión ésta última que igualmente ha suscitado recelos ya que parecía apuntar hacia un cierto dirigismo en el proceso de selección. Pero lo que no esperaban es que Villagrasa despertara. El antiguo jefe (que hoy sigue en tareas administrativas) ha solicitado formalmente ser reincorporado al puesto que ocupó hasta 1995. El alcalde, según informaciones a las que ha tenido acceso este diario, se encuentra atado administrativamente hablando. De hecho, ya habría admitido en privado que pese a no ser un nombramiento que le convenza, no podrá hacer otra cosa. Sus socios de gobierno opinan de igual manera.

Pero el problema es otro: Villagrasa, al que se le tiene por alguien muy autoritario y de carácter áspero, genera un enorme rechazo en gran parte de la plantilla, tanto entre los nuevos „o ya no tan nuevos„ como entre los que ya estuvieron bajo sus órdenes en los años 90. Otras apreciaciones sobre él, en cambio, apuntan a que es «estricto» pero en el buen sentido del término, ya que la Policía es un departamento que necesita tener al frente alguien con dotes de mando, como él, quien además pasa por ser una de las personas que mejor conocen la ciudad. Este diario contactó ayer con Villagrasa para conocer su versión, pero declinó el ofrecimiento.

Por qué no con el PP

Al primer edil y a otros miembros del gobierno tripartito ha molestado también sobremanera que todo lo belicoso en defensa de su puesto que se ha mostrado Villagrasa ahora, no lo hubiera manifestado en ningún momento de los veinte años (1995-2015) en que gobernaba el PP, periodo en el que jamás pleiteó por su anómala situación. «El decreto que le relevaba de sus funciones „explica un conocedor del caso„ ni siquiera lo recurrió», dice. El asunto quema en la mesa del alcalde.

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