«Apostar por la formación y la innovación es la mejor fórmula por luchar contra las desigualdades». Así lo afirmaba ayer en Ontinyent el economista estadounidense Eric S. Maskin, premio Nobel de Economía en 2007 por sentar las bases del diseño de mecanismos alternativos al mercado. Maskin acudía a la ciudad dentro de un acto organizado por la Fundación Campus Ontinyent, que tenía lugar después de que la Diputación de València propusiera a los organizadores de los Premis Rei Jaume I que los premios Nobel que participan de jurado de estos galardones se acercasen a la sociedad valenciana.

La cita llenó el Centro Cultural Caixa Ontinyent de estudiantes, representantes del mundo de la empresa y el asociacionismo, y comenzó un turno previo de intervenciones: del alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez; del catedrático de Dirección de Emprendidas de la Facultad de Economía de la UV, Josep Pla Barber; y de los profesores Vicente Cerverón y Josep Antoni Ybarra (codirectores de la Cátedra Universitaria de Innovación Territorial de Ontinyent). A continuación Maskin explicaba cómo funciona la Teoría del Diseño de Mecanismos, mediante la cual la sociedad puede establecer unos objetivos y a partir de ahí establecer los mecanismos para lograrlos y llegar a acuerdos: una teoría que, explicaba, podría aplicarse para resolver problemas como los de las emisiones de gases o las crisis financieras, aseguró.

La exposición inicial, realizada con traducción simultánea, daba paso a un turno de preguntas e n el cual el Nobel de Economía destaca el papel de entidades como la Fundación Campus Ontinyent «por invertir en capital humano y lograr una sociedad más igualitaria y estable», dijo. Para Maskin las sociedades muy desiguales son muy inestables; la globalización ha disparado las desigualdades, «y para mantener la estabilidad, que es positiva para ricos y pobres, es bueno una transferencia de riqueza. Esto se hace subiendo impuestos o en la inversión en capital humano, en educación y formación de trabajadores, lo que es mes ventajoso para todos. No rebajar el nivel de los mejor formados, sino elevar el de los menos formados», apuntaba.

Maskin se mostró optimista ante un futuro en el que las nuevas tecnologías «no eliminarán la necesidad de mano de obra, como no la eliminó la máquina de vapor. En aquel momento se tenían los mismos temores que ahora y hubo una enorme demanda de mano de obra pero con un capital humano diferente; nuevas capacidades para nuevos y mejores puestos de trabajo. Tenemos razones para creer en este nuevo escenario, la historia está de nuestra parte», manifestaba.

El primer Nobel en Ontinyent

El presidente de la Fundación Campus Ontinyent y alcalde de la ciudad, Jorge Rodríguez, calificaba de «todo un lujo» poder contar por primera vez con un premio Nobel en un acto público en Ontinyent. «Poder escuchar los planteamientos de una autoridad como Maskin sobre conceptos como innovación, tecnología y capital humano sin duda ha sido una oportunidad única», resumió.