Debutamos en casa. Después de la victoria ante el Bunyol, esperanzadora, es cierto, pero engañosa, jugamos el primer partido en casa. El rival será el Muro y damos por segura la victoria, grave error. Tranquilos: no soy pesimista. La temporada pasada nos costó tanto ganar el primer partido en casa, tardamos tanto en comenzar a marcar goles, tardamos tanto en puntuar... que no acabo de creerme que tengamos ya dos goles, ninguno en contra, tres puntos y elogios.
La victoria en Bunyol, en un campo pequeñito, es esperanzadora por haber derrotado a un rival fuerte en su campo y por la solvencia que demostró el equipo. Engañosa también porque el rival me pareció inferior a los nuestros. No todos los rivales van a ser así. Así las cosas andamos un poco subiditos. La pretemporada ha sido buena y lo del Villarreal B se considera un accidente. Creo que tenemos motivos para estar contentos con el nuevo Olímpic pero, como me dijo un buen aficionado, «con los pies en el suelo», aclara, porque aquí igual que elogiamos criticamos y la diferencia entre lo uno y lo otro puede ser un gol, ganar o perder. Pero insisto: estoy ilusionado. Lo estoy, repito, porque veo claro a qué o cómo juega el equipo, porque empiezo a aprenderme los nombres de los jugadores y sus características, porque hay mucho margen de mejora. El equipo debe ir a más, debe ir por el propio desarrollo de la temporada y debe ir porque, ante el Bunyol, no pudieron jugar cuatro auténticos puntales: Rifaterra, Pepín, Sanjulián y Moscardó. Los cuatro son de los titulares, pero, tengo claro que, si seguimos así, no va a ser fácil entrar en el once. El domingo, arrancamos temporada en casa. Saldremos a ganar. Espero que al final se consiga. El Castellón descansa: ¡Podríamos ser líderes!
