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«Con nuestros productos mostramos al consumidor chino la vida mediterránea»

«Con nuestros productos mostramos al consumidor chino la vida mediterránea»

Dijo que se iba a China un año y ya lleva ocho. Pero no es un exiliado. Terminó la carrera en 2007, ganó tres concursos de diseño y le llovían las ofertas y las oportunidades en España. En 2008, Luis Mateu (Xàtiva, 1981) se dio cuenta de que necesitaba un cambio de aires. «Quería irme, pero no sabía donde», relata. Entonces, Confucio entró en su vida. Una excompañera de universidad que trabajaba en China le ofreció un puesto como director de arte en la feria del mueble de Shenzhen que no pudo rechazar. «No lo pensé dos veces: a las dos semanas ya estaba a 13.000 kilómetros de distancia», rememora. A partir de ahí —con mucho esfuerzo— todo fue rodado. Como dijo el pensador chino: uno ha de aceptar su destino con calma, sin quejas.

¿Cómo surge Homwo?

Encontramos una carencia en el mercado chino dentro del mobiliario y los productos para el hogar y surgió la idea de llenar ese espacio. HOMWO es nuestra vida plasmada en negocio. Intentamos reflejar la cultura mediterránea —siempre trato de que Xàtiva esté presente— y nuestras costumbres, mostrando al consumidor chino otra forma de vida, otra manera de ver las cosas y que, en la medida de lo posible, puedan disfrutar de la vida del mismo modo que nosotros lo hacemos.

¿Cómo son vuestros diseños?

Intentamos ser los mayores embajadores españoles a nivel mundial mediante nuestros productos: crear ese puente cultural y unir dos culturas. Nuestros productos son ante todo funcionales, con un diseño simple, atractivo y colorido. Nos gusta enfatizar el color; los colores crean emociones y estimulan diferentes estados de ánimo. Queremos que la gente se sienta cómoda y pase momentos felices gracias a nuestros productos.

¿Cómo explica el crecimiento experimentado por la empresa?

Cuando crees en algo y le das toda la dedicación posible las cosas salen solas. Tenemos un equipo de profesionales chinos con experiencia y un grupo de diseñadores españoles capaz de hacer que la marca tenga una personalidad especial. Además, todos vamos en la misma dirección y trabajamos en equipo. Si todo el mundo confía y sigue el mismo camino, tienes más posibilidades de crecer y tener éxito.Me considero un privilegiado por haber podido crear algo desde la nada y convertirlo en lo que es hoy en día.

¿Cuál ha sido la mayor barrera con la que se ha topado el proyecto?

Ha sido un camino muy difícil. Hemos tenido que enfrentarnos a muchos cambios y ser muy rápidos en los movimientos de negocio para alcanzar los objetivos. Quizás la mayor barrera ha sido el tiempo. En menos de un año tuvimos que abrir un centro de 20.000 m2, planteando en muy poco tiempo el proyecto y materializando todos los requisitos que se necesitaban. Tuvimos que diseñar el edificio entero y todas las áreas: restaurante, tienda de ropa, parque infantil, cafetería, zonas de descanso y dos plantas dedicadas a mobiliario y a los productos para el hogar, decorándolas y ambientándolas con referencias españolas (Xàtiva a poder ser).

¿China es como la pintan?

Cuando vienes a China ves que, además de ser otro planeta, las cosas no son exactamente como te las cuentan. El idioma, la comida, las costumbres... incluso los gestos son totalmente diferentes. Para mi, China es el futuro, un país de oportunidades donde hay de todo y, si eres avispado y encuentras los contactos adecuados, puedes conseguir lo que quieras. A otros niveles, como la comida, también es diferente; en España los restaurantes chinos están adaptados al paladar occidental. Otra cosa es que te encuentras con ciudades enormes, de 15 a 20 millones de habitantes. Las anécdotas darían para otra entrevista.

¿Hacia dónde va Homwo?

Somos una empresa joven con ganas de hacer las cosas bien y evolucionar lo máximo posible a corto plazo. Tenemos el equipo y los medios necesarios para alcanzar los retos que nos propongamos; la idea es seguir abriendo más centros en el futuro. También tenemos pensado salir del continente asiático y probar en otros. Igual en unos años tenemos un centro en Xàtiva (risas).

El Ayuntamiento le ha encargado rediseñar su imagen corporativa y ha rescatado un logotipo suyo olvidado tras ganar un concurso de ideas en 2007. ¿Cómo lo ha vivido?

Creo que han tomado la mejor decisión para la ciudad. El logotipo tiene un trabajo de base muy estudiado y reúne todos los elementos históricos que aparecían en el escudo anterior (corona de Aragón, tiaras papales, bandera de Jaume I, el Castillo con la parte menor y mayor...). No fue una marca hecha sin sentido; me basé en la historia manteniendo la esencia de la ciudad, modernizando el logo y siempre manteniendo los valores históricos de los escudos anteriores. Cuando vaya a Xàtiva me gustaría hacer una presentación para que la gente vea que hacer una marca no es sólo sentarse en un ordenador e ir probando. Es más que eso: hay un estudio y bocetaje previo.

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