El profesor Rafel Buforn presenta hoy (Casa de la Cultura de Xàtiva, 19.30 horas) un libro sobre el pensamiento teosófico de Attilio Bruschetti que puede ayudar a entender la filosofía que inspiró la existencia del ilustre mecenas italiano, asentado junto a su esposa Carmen Pérez en la capital de la Costera a finales del XIX. Fijaron su segunda residencia en un desaparecido caserón de Xàtiva del huerto del Carmen, y la oficial en las Ramblas de Barcelona, lugar donde murió Attilio en 1932. Dedicó su vida a divulgar las bellas artes en forma de música y literatura teosófica, centrada en cómo desarrollar hábitos de vida saludable o la educación de los niños, además de realizar cuantiosas mejoras urbanas financiadas por su altruismo.
La teosofía nació a finales del siglo XIX de la mano de Helena Petrovna Blavatski y del militar norteamericano Henry Steele, quienes fundaron una sociedad dedicada a divulgar una nueva línea de pensamiento que buscaba una síntesis de todas las religiones del orbe, de forma que se creara una especie de credo universal que, sin renunciar a ninguna fe, buscara una verdad válida para todo el género humano de forma que se acabara con la intolerancia, el integrismo y las guerras generadas por las disputas religiosas.
Buforn realiza un excelente repaso biográfico de todos aquellos padres fundadores; de la influencia del budismo y el hinduismo, de la adopción de toda una simbología que representara su anhelo de búsqueda de la verdad, de los diversos cismas habidos, y de cómo las corrientes teosóficas se introdujeron en España a través de la alta burguesía catalana. Bruschetti contribuyó a su extensión por Valencia, de la que fue miembro el dirigente republicano radical socialista Fernando Valera, y de la divulgación de sus publicaciones como Loto blanco. La teosofía tuvo gran influencia en la sociedad de su momento, ya que de ella derivaron el pacifismo, el feminismo, el libre pensamiento, el naturismo, la vida vegetariana, el nudismo, el movimiento scout, la renovación pedagógica basada en el aprendizaje por descubrimiento, el espiritualismo, las ligas protectoras de animales o las cooperativas anarquistas.
Pervivencia de la teosofía
Muchos de los fundadores de estos movimientos fueron teósofos que buscaban aplicar a la sociedad utopías igualitarias, donde la desigualdad de riqueza, las diferentes creencias o la discriminación por motivo de sexo o raza, no fueran motivo de separación. Y a pesar de la persecución sufrida durante la dictadura, es una filosofía que hoy goza de buena salud con diversas ramificaciones en España que tienen como padre espiritual a un determinado teósofo, como explica el autor, que aporta direcciones de las diferentes sociedades teosóficas radicadas en el territorio nacional actualmente.
Una filosofía denostada por el franquismo
Buforn se adentra en el perfil humano de Bruschetti en su relación con Xàtiva. La divulgación de la teosofía a través de los libros que distribuía gratuitamente tuvo gran aceptación entre la juventud republicana, al compartir aquellos valores que podían servir como referentes para luchar contra la ignorancia, el dogmatismo, la miseria, el militarismo o tantos antivalores, y que le llevaron a sufrir represión post-mortem por su pertenencia a logias masónicas, entidades que buscaban introducir aquellos valores en una sociedad renovada.
Condenada por el franquismo y equiparada al comunismo, la teosofía fue erradicada a sangre y fuego como ideología muy perniciosa para la nueva España; se la tildó de masónica y destructora de los valores del nacionalcatolicismo. Así, casi diez años después de su muerte, las referencias públicas a Bruschetti desparecieron y su fundación para hacer el bien en Xàtiva quedó en suspenso hasta la esperada llegada de la democracia. Su legado fue poco a poco languideciendo con la destrucción de su residencia, la expulsión de los arrendatarios de su patrimonio rústico o la venta a la baja de su casa de Barcelona, como publica Buforn en este libro reproduciendo toda la hemeroteca que generó el paulatino desmantelamiento de una fundación de la que sólo queda un centro de día para enfermos de alzheimer. A pesar de ello, las ideas emanadas del pensamiento teosófico divulgado por Bruschetti siguen vigentes hoy, como bien apunta el autor, y son «una serie de principios básicos de lo que él siempre defendió: una democracia basada en el respeto de los derechos del hombre, la mujer y el niño», enumera el autor.
