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«Sarajevo» ya no está en guerra

La colaboración entre la nueva Associació veïnal del Barri Medieval y el Ayuntamiento de Bocairent consigue revitalizar el centro histórico de la localidad - «El objetivo es que el barrio sea más habitable y esté más habitado», sostiene el presidente

«Sarajevo» ya no está en guerra

En julio de 2017 nadie conocía el Fortnite. Francia era el hazmerreír del fútbol de selecciones. Despacito, de Luis Fonsi, reventaba como la canción del verano. Y Jorge Rodríguez tenía un futuro político prometedor como alcalde de Ontinyent y flamante presidente de la Diputació de València. Muchas cosas pueden cambiar en un año, y parece que casi siempre para mal. Si uno echa la vista atrás suele ser para echar de menos cualquier tiempo pasado, por demérito del presente. Los vecinos del Barri Medieval de Bocairent serán de esos afortunados que pueden decir que su foto ha mejorado respecto a un año atrás.

Levante-EMV se hizo eco hace un año, el 29 de julio de 2017, de las denuncias de los vecinos del Barri Medieval ante el pésimo estado de un gran número de casas de la zona, deshabitadas desde hacía años, y por el inmovilismo del ayuntamiento al respecto. El consistorio, por su lado, se escudaba en las dificultades legales y económicas para actuar. Mientras tanto, los escombros de una de las casas deshabitadas, que se vino abajo en febrero, permanecían en el mismo sitio cinco meses después. «Conocemos esta zona como Sarajevo», contaban. Aquella estampa era la muestra de una dinámica, la dejadez municipal en una zona luego vendida como atractivo turístico; y la constatación de un hecho, que el histórico Barri pasaba por sus peores días.

Mucho ha cambiado a lo largo de este último año en el casco antiguo de Bocairent. Ya entonces, vecinos y ayuntamiento encontraban consenso en la solución para el barrio: era necesario atraer a más habitantes. Fueron los primeros quienes se pusieron manos a la obra. Y la reactivación, a principios del pasado mes de diciembre, de la Associació Veïnal del Barri Medieval —una entidad que existía formalmente desde 1990 pero sin actividad desde hacía años— fue el primer paso en el camino. Pocos meses después su trabajo se ha hecho notar y ya reúne a cerca de cien miembros, representación de gran parte de las familias que habitan en el casco antiguo de Bocairent.

Una asamblea, un interlocutor

Según explica Xavi Pascual, presidente de la junta de la entidad, la Associació forma en primer lugar una asamblea a partir de la cual se han constituido varias comisiones con tareas específicas: comunicación, conservación... El más activo es el Grup de Treball, formado por voluntarios con más dedicación. Sus acciones se han centrado, hasta el momento, en mantener reuniones periódicas para analizar el estado del Barri y consensuar mejoras «de pequeño calado», según explica Pascual, como la elaboración de un plan de evacuación. En segundo término, la Associació actúa como interlocutor entre ayuntamiento y vecinos, que tienen así mucha más fuerza: «El verano pasado, cada uno tenía que hablar con el ayuntamiento por su cuenta», compara Pascual, «pero ahora, cuando tenemos algún problema, llamamos en nombre de la mayoría de vecinos». Asimismo, la disposición del ayuntamiento con ellos es «receptiva y colaborativa», según agradecen desde la asociación. El plan de ayudas a la rehabilitación de inmuebles, precisamente, cuenta con una dotación económica superior a la del año pasado. Josep Maria Beneyto, regidor de Espais Públics, manifestaba que la creación de esta asociación «facilita» el trabajo del consistorio por constituir un único interlocutor. La próxima semana, según informaba Beneyto, celebrarán una nueva reunión con los vecinos para coordinarse de cara a la petición de subvenciones europeas, que dependen de la aprobación de la Generalitat.

Así, la colaboración entre ayuntamiento y vecinos se ha reforzado, lo que conlleva un ritmo de trabajo más intenso, y de mayor fondo. Son varias las reivindicaciones que el gobierno municipal ha atendido a lo largo del último año. El sistema de recogida selectiva de basura, por ejemplo, hace ya varias semanas que se puso en marcha. Gracias a un medio incluido en el marco de las obras en la plaza local, a partir del próximo mes serán solo los habitantes del Barri quienes puedan acceder con su coche a la zona durante los fines de semana. Y en la placeta de Sant Joan, que hace un año era la viva imagen del mal estado del Barri, tan solo quedan los materiales con los que se está reconstruyendo la casa derruida, respetando la estructura original.

Darle uso a las casas vacías

De cara al futuro, la medida más importante es, según señalan desde la asociación, darle uso a las casas de propiedad municipal o desconocida. «Hemos estudiado varias iniciativas propuestas en otros sitios de Europa que vivían situaciones similares», explica su presidente. En síntesis, se trata de traspasar dichos inmuebles a vecinos y vecinas voluntarios, de forma gratuita o a un precio muy bajo, con la condición de que se comprometan a rehabilitarlos. Otra opción es que sea el ayuntamiento quien habilite esos espacios para darles uso público, como un aulario para la Societat Musical o un centro de juventud. Todas estas actuaciones, sean de mayor o menor entidad, organizadas por los vecinos o lanzadas desde el ayuntamiento, están coordinadas en la misma dirección: la elaboración y seguimiento de un «plan de dinamización del barrio», según lo define Xavi Pascual. Es la respuesta de los habitantes, quienes mejor conocen la vida en el casco antiguo, para revitalizar la zona. O, al menos, para que las condiciones sean óptimas. «Que el barrio sea más habitable y esté más habitado», precisa perfectamente Pascual.

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