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De fiestas y pregones

el Mig Any Fester que el último fin de semana de febrero pasado celebraron los festeros/as de las fiestas de Moros y Cristianos de Ontinyent, este año lo hacían con un incentivo añadido, el Decreto de 18 de enero del Consell «por el que se declara bien de interés cultural inmaterial los actos de la Baixada del Crist y las Ambaixades de las fiestas de Moros y Cristianos de Ontinyent». Una distinción que en la praxis veremos cómo se traduce, al no conocerse la repercusión económica o sociológica que dichas distinciones honorificas puedan acarrear.

Vivimos tiempos de cambios vertiginosos, pese a que los llamados partidos españoles del «trifachito» se empeñen en regresar a los siglos XIX o XX. Los que en los años 90 del siglo pasado conocimos la llegada del Fax, como un avance descomunal, hoy vemos como la evolución informática los ha relegado al estatus de antigualla. Con ese símil, más o menos afortunado, se quiere decir que por mucho que se publicite lo de fiestas «tradicionales» al referirse a la de los Moros y Cristianos, ahora ya estamos en la era digital, lo que significa que en la vida de las personas, en su día a día, la religión solo es practicada, generalmente, por sectores conservadores y de avanzada edad. O socialmente en las costumbres decrecientes de la BBC (bodas, bautizos y comuniones). Por eso, y por coherencia, no se entiende como no se adelanta de día el ahora significado acto de la Baixada del Crist, y lo mismo cabe decir, pero atrasándola al lunes, del acto religioso de la actual procesión dominical. Los avales a esgrimir son muchos, y sobre todo se realzarían turísticamente las Ambaixades, al celebrarse en domingo. Otro cantar, que permanece sin un debate riguroso a cargo de reputados especialistas, es si conviene potenciar la creatividad literaria organizando un concurso que cada año actualice al tiempo presente el texto de las embajadas, en vez de recitar el obsoleto texto de Cervino, referente sobre el que los fundadores de estas fiestas ontinyentinas, ya tan lejos de la vigente era, hicieron girar el programa de actos, Alardo o Entrada.

Estamos en el que se empieza a llamar siglo de las mujeres. Ontinyent, por una vez, adelantó a las fundacionales fiestas de Alcoi en lo referente a la igualdad de sexos en estas fiestas que va camino del bicentenario. Ya que, con alguna que otra resistencia procedente de los festeros más conservadores o machistas, a finales de la década de los años 80 era aprobada por la Societat de Festers la participación plena de las mujeres en esta fiesta. Desde entonces el crecimiento y actuación de la mujer ha sido ostensible. Desde ocupar cargos como primer tró, embajadoras o capitanas, aunque la batuta de la presidencia de la Societat Fester se les sigue resistiendo.

El pregón, asignatura pendiente. Sin dudar, y al margen de que sea o no bendecido el pregón de las fiestas de Moros y Cristianos por su señorías del CVC o el de las universidades valencianas, una de las urgencias en el cambio de rumbo de la fiesta se llama pregón de campanario. Porqué si quieren que las fiestas sean de rango nacional o internacional deberán hacer como Cádiz, llevando a pregoneros a su carnaval, como J. Sabina, con su voz de «lija y café» y un disfraz de pirata. ¿Dónde están los nombres para aventar a los 4 puntos cardinales de estas fiestas, caso de los Manuel Vicent, Pep Gimeno Botifarra, etc?

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