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Acto

El histórico Ball dels Llauradors de Ontinyent recupera su esplendor

Se ha incorporado al folclore de la capital de la Vall tras haber desaparecido en 1935 - Forma parte de la conocida comparsa morocristiana

Imagen del recuperado Ball dels Laluradors en las calles de Ontinyent, este verano. xavier mollà

El Ball dels Llauradors, un acto con raíces, se consolida en Ontinyent tras recuperarlo la comparsa de Moros i Cristians dels Llauradors. Se trata de otro hito proveniente de una de las comparsas de la ciudad capdavanteres en recuperar y divulgar muchas tradiciones festeras. Detrás está un festero que, por su haber en estas fiestas, ya es patrimonio humano de las mismas, Rafael Sanchis Ferri. Exdirector del Museu Fester y ballaor, ha escrito durante décadas numerosos artículos de investigación en torno a los moros y cristianos.

Sanchis es el responsable de recuperar el Ball dels Llauradors, que desde la Guerra Civil, exactamente desde el año 1935, no se había vuelto a bailar en las calles de la capital de la Vall. Se intentó tímidamente en 1993 y también el siguiente año, pero no cuajó como novedad recuperada ni fue señalada como tal pues era una danza que se realizaba en el interior de la comparsa y que no tenía trascendencia exterior.

Este 2019, el Ball dels Llauradors, que ya había salido a la calle en los últimos años, se enseñoreaba durante los moros y cristianos de agosto en céntricas plazas para dar cuenta de su esencia y abolengo. Concretamente por la plaza de Baix, la de Sant Roc, la plaza Major y la placeta Latonda. Las 16 parejas bailadoras contaron con las interpretaciones de la Societat Unió Musical d'Ontinyent.

De las partituras de antaño -cada comparsa tenía la suya-, al parecer solo se conserva la del Ball dels Llauradors. Sanchis adjudica al desaparecido festero Salvador Blanco, el mérito de conservar dichas partituras y de entregárselas para mejores fines al también finado Mestre Ferrero. Un proyecto que quedó abortado tras la súbita muerte de Ferrero. Sin embargo, la comparsa Llauradors las recuperaría de manos de su hijo, Daniel Ferrero. De la antigüedad de este baile da cuenta un libreto fechado el 17 de julio de 1905. Pese al tiempo transcurrido, solamente se han extraviado dos páginas, restando diecisiete de las originales.

Un baile poliédrico

El Ball dels Llauradors que se pudo ver y escuchar por las calles de Ontinyent está formado por: una polca, dos jotas, un vals, un andante, una valenciana y el galope final. La única paternidad que se conoce de dichas composiciones musicales es la de la segunda jota, también conocida como Jota de Vicente Soler. Este fue un ilustre músico ontinyentí que llegó a ser el director de La Lira del CIariano.

La autoría de la polca se atribuye a Daniel Silvaje. También se sabe que antiguamente existían en las noches de fiestas, los llamados bailes de filada. Cada comparsa «buscaba afanosamente en la capital de la provincia los maestros de baile más renombrados para que les instruyesen en el arte de Terpsícore, creando cada comparsa su estilo personalísimo», cuentan.

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