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La exhumación de bolinches

d urante estos últimos días dos acontecimientos han marcado las vida política y los comentarios de la calle. A falta de emociones más fuertes, el procés y la exhumación de Franco después de 44 años allí calentito, han sido los protagonistas del quehacer diario de los españoles. Sobre el procés se ha hablado tanto que restaría mucho por decir y nos quedaríamos cortos en palabras, y sobre la exhumación de la momia, con su pan se lo coman y sigan lanzando consignas fascistas los cuatro nostálgicos que adoran a Tejero y compañía y lanzan vítores al prior del Valle. Ya le mandaba yo a un sitio que me conozco para que predicase la palabra del Señor, sin calefacción ni un duro más de subvenciones de mis impuestos, y de los de todos ustedes. Verían lo que duraba el prior en el Valle. Han pasado 44 años, pero hay quien sigue viviendo como... Franco.

Pues en esas estábamos de la inhumación cuando me dedico a pasear para admirar y descubrir personajes que no conocía y que dan nombre a las diferentes calles del núcleo antiguo de Xàtiva. Calles que han sido rotuladas sobre azulejos de cerámica blanca que dan una imagen de unidad muy interesante si no fuera porque quizás habría cosas más importantes que hacer antes para dignificar unos barrios que se mueren, lo repetiremos hasta la saciedad. Pero bueno, el caso es que ya sabemos que muchos nombres tenían incluso apellidos; que otros eran monjes y no teníamos ni idea; que unos terceros fueron guerreros, y siervos, y destacados escritores, poetas, pintores... Ya no vale ponerle a una calle el nombre de Grau, sino que habrá que añadir quién era. Ha sido un trabajo, repito, interesante y unitario. Pero en algunos casos, el encargado de colocar el nombre se ha pasado en sus funciones ejerciendo de censor, de despistado, de supina ignorancia o de mala leche se mire por donde se mire.

Primero le robaron una preciosa lápida con un busto de bronce que algún espabilado del barrio vendió a peso, sin que se iniciase ni la más mínima investigación para encontrar a los autores del hecho. Me estoy refiriendo a la calle de la Enseñanza o de F rancisco Bolinches que desde 1996 lleva este nombre como homenaje al pintor-escultor hijo predilecto de Xàtiva, que nació en el número 5 de esa vía, y una placa recuerda esa efemérides. Bolinches, además, fue muy generoso entregando a la ciudad una parte muy importante de su legado que se conserva en el Museo Municipal de Bellas Artes. Eso. Que le robaron la placa y sin placa se quedó la calle, y ahora con la nueva rotulación alguien pensó que podía borrar de un plumazo el nombre de Francisco Bolinches y así lo han hecho. Una placa de la preciosa cerámica blanca, rotulada con letras negras de tipografía llamativa y valiente nos señala que estamos en el «Carrer de l'Ensenyança» A secas y punto. A Bolinches le han exhumado del lugar sin ninguna explicación y a nadie sabe dónde está.

No vamos a entrar en consideraciones sobre el personaje, pero si hay un acuerdo plenario que aprobó ese nombre, ¿Quién ha sido el chulo que ha decidido quitar a Bolinches del nombre de la calle? ¿Cúal será la próxima acción? ¿Eliminar al diputado Villanueva y que sea solo la calle Hostals?

Alguien deberá salir a la palestra y entonar la responsabilidad del hecho, pero como casi siempre ocurre surgirán voces que explicaran que ha sido un despiste, que nadie se dio cuenta, que ha sido sin querer... O tal vez como explicación puedan incluso argumentar que no cabía todo en una placa. ¿Les extrañaría mucho?

La placa de Juan Francés lleva desaparecida desde que se eliminó para que una atracción ferial se instalara. Las calles que se aprobó dedicar a Leña, Vicente Giner y Mompó Roca, ni se sabe, y ahora que están haciendo obras en la parte trasera de la plaza de Sant Jaume, cuidado con los nombre de Pintor Perales y Pintor Climent que quedan a merced de la piqueta. ¿Estaremos ante alguna obsesión desconocida? Madre mía.

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