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Las guerras entre PSOE y la Vall ens uneix amenazan el futuro de la Mancomunidad

tras más de 30 años de historia, de idas y venidas en un camino que tanto ha costado recorrer, a nuestra querida Mancomunidad le acaban de detectar una nueva enfermedad que amenaza con tambalear sus delicados presupuestos y su sostenibilidad económica.

Que el partido de Jorge Rodríguez, la Vall ens Uneix, esté dando los primeros pasos para romper con la Mancomunidad que agrupa a los 34 pueblos de la comarca y cuya principal función y sentido es la mancomunar servicios para todos bajo el principio de solidaridad, es irónico y sorprendente. Los que decían iban a unir y defender la comarca, utilizando hasta su nombre en la cabecera de partido como si suya fuese la patente, han empezado por apartarse de ella. Y ha quedado patente cuál va a ser la hoja de ruta del partido, que centra su mayoría de votos en Ontinyent acompañado de dos pequeños pueblos, Palomar y Bufali.

Lejos de aportar su granito de arena, afianzar la comarca y defender la capitalidad de Ontinyent, parece que el objetivo de la Vall ens Uneix va a ser poner en jaque la Mancomunidad de la Vall, territorio en el que medir sus pulsos contra sus ex del PSOE.

La primera prueba objetiva de ello la tuvimos el jueves, noche de Halloween. El pleno de Ontinyent, con la aplastante mayoría de 17 concejales de Rodríguez, aprobó romper el convenio firmado con Ecoembes para todos los pueblos sobre la recogida de cartón y vidrio, aludiendo como excusa para ello la mala gestión del servicio. Lo lamentable del asunto se encuentra en lo subjetivo que se medio esconde detrás de esta decisión unilateral del alcalde y su equipo, ya que la mala gestión del servicio se conoce de años atrás y ningún interés ha habido por abordar una solución desde dentro de la propia mancomunidad, cuando todos eran del PSOE.

La Vall ens uneix ha optado por desunir y amenazar el sentimiento comarcal que tantos años ha costado crear y transmitir de generación en generación. En lo subjetivo está también el origen del nuevo mal diagnosticado a la Mancomunidad; las peleas internas entre socialistas, los que quedaron en el PSOE y los que dieron el paso a un nuevo y pequeño partido con pretendida vocación comarcal (la Vall ens Uneix), a la postre un partido al servicio de su creador. De no existir la Vall ens Unix el de ayer en la Mancomunidad hubiese sido un pleno al puro estilo Botànic, con el voto en contra del PP.

Como quiera que se adorne, la abstención de la Vall augura malos tiempos para la Mancomunidad y hace peligrar el sentimiento del resto de pueblos hacia la capitalidad de Ontinyent; otro paso más hacia el aislamiento político que esperemos no repercuta en lo económico, social y servicios. La fuerza de una comarca de todos para todos ha de estar por encima del interés de sólo unos pocos. Eso es lo que está en juego y ahí es donde debemos centrar todos los esfuerzos.

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