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Petición

Los ecologistas exigen más implicación para acabar con las quemas agrícolas

Stop Cremes lamenta la falta de planes locales: "No puede ser que solo Ontinyent cuente con uno"

Vista del casco urbano de Ontinyent, con humo procedente de quemas agrícolas. Perales Iborra

A pesar de los novedosos sistemas de gestión y reciclaje de residuos agrícolas que se están introduciendo progresivamente, la solución más recurrida por los agricultores de las tres comarcas para acabar con los restos de poda sigue siendo, cada temporada, la quema de las ramas. En pleno invierno, es habitual observar en el paisaje decenas de columnas de humo diseminadas por el paisaje, muestra indiscreta de la actividad agrícola y un foco de contaminación atmosférica. Por ello, los colectivos ecologistas han alzado la voz contra esta práctica en los últimos años. La asociación Stop Cremes de Ontinyent nació en octubre de 2016 como una rama de la Colla Ecologista l'Arrel centrada, precisamente, en denunciar estas prácticas de quema. Tres años después de que se formase la asociación, sus voluntarios hacen ver que no se produce ningún avance al respecto: ha calado el mensaje ecologista, pero no se ha abordado un problema, el de las podas, «acuciante» en la comarca, destacan desde Stop Cremes.

Según explicaba David Gironés, uno de los miembros de esta asociación dependiente de la Colla l'Arrel, las quemas representan «un problema que se arrastra desde hace mucho tiempo, y al que no se le ha intentado poner ningún remedio. Se suele decir que es que se ha hecho toda la vida», añadía Gironés, «pero es que antes era necesario, ya que no había ninguna alternativa. Ya las hay, y se sigue haciendo igual», se lamente. El resultado, según ha venido denunciando reiteradamente Stop Cremes, es un proceso de contaminación del aire en las tres comarcas, la Vall d'Albaida, la Costera y la Canal de Navarrés, que se produce durante más de la mitad del año, el periodo permitido de quemas: del 17 de octubre al 31 de mayo.

Según reivindican desde Stop Cremes la solución, o al menos un primer paso para alcanzarla, pasa por la implicación efectiva en el ámbito municipal, por parte de los ayuntamientos y mancomunidades, para brindar la ayuda que los agricultores necesitan para acceder a las alternativas a la quema. Por otro lado, suman la necesidad de abordar desde una perspectiva local la escasa regulación, que tan solo tiene en cuenta consideraciones generales. «El único ayuntamiento con un plan de quemas local es Ontinyent. No pueden ser una excepción», valoraba Gironés. El pasado mes de noviembre, Stop Cremes pidió al consistorio de la capital de la Vall d'Albaida la modificación de este Plan Local de Quemas para reducir el número de días a la semana en los que se permite la combustión de restos agrícolas, de cinco a dos. «No tiene sentido que estemos más de la mitad de los días del año con el aire contaminado», según explicaba ayer David Gironés.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Ontinyent tiene previsto presentar hoy las características de su nuevo servicio de recogida de restos agrícolas, después de que hayan reducido la partida presupuestaria en un 16 % este año. Stop Cremes ha estado en contacto con el gobierno local y le ha trasladado varias propuestas para este servicio, como subvenciones a trituradoras domésticas o la regulación de las grandes fincas.

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