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Xàtiva reclama a 25 dueños que reparen sus casas ante el alto riesgo de derrumbes

El desplome de la vivienda del «Margallonero» evidencia la degradación del casco antiguo

Estado en el que se quedó la casa tras el derrumbe ocasionado por las lluvias. | PERALES IBORRA

Abrió sus puertas de forma oficial en 1904 como posada y restaurante. Acogió parte del rodaje de la película «Tintín y las naranjas azules» en 1964. Y hace más de un lustro, sus dueños bajaron la persiana. Desde entonces, no ha tenido uso y el pasado jueves por la tarde se desplomó parte de su estructura. El derrumbe de parte del techo y una pared interior de la conocida como casa del «Margallonero» en Xàtiva ha puesto en evidencia una problemática que el casco antiguo arrastra desde hace mucho tiempo: la degradación y falta de mantenimiento en muchas de las viviendas emplazadas en esta parte de la ciudad.

El último desmoronamiento en una residencia mal conservada tuvo lugar en la parcela que ocupaba el emblemático local de comidas y estuvo causado por la acumulación de lluvias de los últimos días. Y por la falta de mantenimiento. Unos particulares y una firma bancaria comparten actualmente la titularidad de la vivienda y el ayuntamiento ya había realizado un requerimiento para que efectuaran reparaciones. «Hemos contactado de nuevo con todos ellos y se han comprometido a hacer las obras necesarias. En su momento nos presentaron un proyecto y dijeron que iban a poner redes, pero no hicieron nada», comentó ayer Nacho Reig, concejal de Urbanismo.

El portavoz municipal confirmó que el consistorio ha enviado un total de 25 peticiones por escrito a titulares de viviendas ubicadas en esta parte de la ciudad para que ejecuten las tareas necesarias: «Se les ha pedido de forma oficial que actúen. El siguiente paso es la sanción económica. Cada año imponemos una media de entre 20 y 30 multas de disciplina urbanística y el casco histórico concentra la mayoría de estas situaciones».

El titular de Urbanismo defiende que la clave está en el uso: «Es distinto cuando la persona es el usuario activo y no un banco. En este caso en concreto hablamos de multipropiedad y esto lo hace todo más difícil».

Reig defiende como esencial la aprobación del plan especial del casco antiguo, que estima para después de verano: «Es la herramienta por la que apostamos y que nos permitirá agilizar las licencias. El plan de rehabilitación urbana sostenible ha ayudado a 70 propietarios, por ejemplo. El ayuntamiento hace mucha disciplina urbanística, pero también hay que pedir responsabilidad a los propietarios de viviendas».

Así se derrumbó la casa del "Margallonero" en el casco antiguo de Xàtiva

Así se derrumbó la casa del "Margallonero" en el casco antiguo de Xàtiva LMV

Abandono total

Eduardo Cuñat es el portavoz de la plataforma en defensa del casco histórico, que integra a más de 30 vecinos de la zona. Hoy se concentran ante el consistorio para pedir mejoras urgentes en la red pública de saneamiento.

No dudó a la hora de definir el estado del casco antiguo : «Es una dinámica de abandono total, de caos. Se permite la circulación continua de vehículos, no se encargan las obras necesarias. No hace falta más que darse una vuelta por la zona para confirmar que hay más casas en estas condiciones. No es algo de ahora, pero la actual administración es a la que debemos pedir explicaciones». «Hay verdaderos palacios en mal estado y es una pena», apostilló el representante vecinal.

«Fue como un terremoto, hace un año avisamos de lo que podía pasar»

Marisa Pla es la actual gerente del horno M. Pla, cuyas instalaciones son colindantes a la parte afectada de la casa del «Margallonero». Ayer atendió a Levante-EMV y explicó que «Cuando todo ocurrió yo estaba fuera, pero en el establecimiento se encontraban mi marido, hijos y una empleada. Dicen que fue como un terremoto, se oyó mucho». Por suerte, su inmueble no se vio afectado: «Hace un año nos pusimos en contacto con el consistorio y avisamos de que algo así podía pasar. Vino un técnico y nos dijo que si había un derrumbe a nosotros nos afectaría. Y ha ocurrido de esa forma». En las inmediaciones de la casa desplomada lo más común son carteles de «se vende» en plantas bajas y algunos pisos. No se ven muchos vecinos en los inmuebles cercanos.

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