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El trinqueter que dio la alternativa a «El Genovés»

Enrique Ferrandis, conocido como «Enriquito», fue el primero en ofrecer a Paco Cabanes una partida: «Estaba muy verde, pero tenía mucha fuerza. Tenía potencial y una gran actitud»

Enriquito d’Alzira durante su homenaje en Guadassuar, al que asistió «El Genovés». | LEVANTE-EMV

Paco Cabanes «El Genovés» no fue siempre una leyenda de la pilota valenciana. Ese estatus se lo ganó ‘quinze’ a ‘quinze’. Pero antes de ser una figura de renombre, hubo alguien que depositó en él su confianza y le dio la alternativa en un trinquete. Ese fue Enrique Ferrandis, más conocido como «Enriquito d’Alzira».

Enrique ojea la biografía de Paco Cabanes. | R.SEBASTIÁN

Ambos coincidieron, hace aproximadamente cincuenta años, en La Marina. «Tenía un gran amigo en Benissa, Miguel Cardona, que cuando se enteró que dejé de jugar por mis problemas me ofreció ir allí para comprar el trinquete. Llegamos a un acuerdo para comprárselo pagándolo poco a poco. Pero llegó un momento en el que los dueños nos dijeron que lo querían mantener y, finalmente, lo alquilamos», recuerda Ferrandis para Levante-EMV.

Enrique, como jugador. | LEVANTE-EMV

Por aquella época, se impulsó la participación de jugadores juveniles antes de cada partida. De hecho, fue un requisito de obligado cumplimiento para entrar en el circuito federativo. «Por aquel entonces no existían escuelas como ahora y encontrar chavales que jugasen era casi imposible. Justo ese año ‘Feliu’ y ‘Ramiret’, de Benissa, ya habían pasado a cuarta categoría. Miguel me dijo que en Calp había una cuadrilla de obreros que venían de El Genovés y que con ellos iba un niño de unos quince años. Su jefe, Antonio Canana, también trinqueter, era amigo mío y le pregunté por Paco», explica el ya retirado trinqueter alzireño, que añade a continuación: «Algún sábado se quedaba en Calp en vez de volver a su pueblo y jugaba con los aficionados. Antonio me dijo que no había problema, que yo le buscase a un juvenil para ponérselo delante y que él lo llevaría cada vez que tuviese partida. Encontramos a su pareja, creo recordar, en Llíber. Paco estaba muy contento porque, pese a ser un chaval, iba a poder jugar a la pilota y formaría parte de los carteles».

La primera toma de contacto dejaba claro que tenía mucho potencial, pero todavía se encontraba lejos de él. «Estaba muy verde. Tenía mucha fuerza, sí, pero carecía de muchos de los fundamentos básicos de la pilota, no se colocaba bien en el trinquete. Pero podía llegar a ser alguien en este deporte porque tenía mucha actitud», asegura Ferrandis.

Una progresión inaudita

A sus 86 años, tiene claro en qué momento Paco Cabanes dio un golpe sobre la mesa. «Lo más increíble es que pasó de la nada a ganar los mejores en menos de una semana. Recuerdo que un domingo jugaba, ya con dieciocho o diecinueve años, en Benissa contra ‘Ramiret’. Perdió sin demostrar gran cosa. El martes fue a Alzira. No recuerdo exactamente si le acompañaba Alberto de Bétera o Machí pero iba jugar contra el ‘Xato’ de Carlet. Yo pensé que iba a estar muy desequilibrado y se lo dije a Fontana, el trinqueter, pero me dijo que no cambiaría la partida. Los borraron por completo del trinquete. De domingo a martes ya había mostrado una evolución espectacular. No daba crédito. Pero lo mejor estaba por llegar. El viernes jugaba en Sueca contra Llopis, que era uno de los mejores en el momento, y el ‘Xato’ de Museros. Pensé lo mismo y me volví a equivocar, aquellos ni aparecieron», rememora.

El resto, como suele decirse, ya es historia. «El Genovés» cosechó un éxito tras otro durante su trayectoria deportiva hasta alcanzar un palmarés superlativo. Enrique Ferrandis no se perdió ninguno, ya que le siguió siempre muy de cerca.

«Siempre fue una persona con mucho carisma, se hacía con todos. Cada vez que entraba a un trinquete, era como si hubiese entrado nuestro Señor. Durante mucho tiempo jugó junto a su hermano, que nunca llegó a su nivel. Podría haber formado pareja con cualquier otro, como muchos habían hecho, pero siempre le quiso a su lado y eso dice mucho sobre qué tipo de persona era. No habrá otro como él», concluye «Enriquito».

De jugador a «marxador» con 28 años por una lesión

El alzireño Enrique Ferrandis debutó en Pelayo en 1950 como jugador, pero tuvo una trayectoria más corta de lo que habría deseado. Una lesión le obligó a dejar de lado de lado su carrera deportiva con tan solo 28 años. Pasó entonces a ser «marxador». Tras un periodo de tiempo en el mismo Pelayo alcanzó el éxito en La Marina. Compaginó durante mucho tiempo su labor con otros trinquetes de La Marina, como Pedreguer, Ondara y también el frontón Jai Alai de Benidorm. Con posterioridad, se hizo cargo del Nou Trinquet de Guadassuar tras su inauguración, a finales de la década de los setenta. En éste recibió un emotivo homenaje en el año 2013. Igualmente ejerció en Alginet, Sueca y una temporada en Sagunt.

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