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El feminismo exige iluminar y vigilar las rutas frecuentadas por mujeres

Xateba se suma a la reivindicación de la vecina de Xàtiva acosada el lunes y demanda «mejor luz y un control más férreo» en vías como la CV-645 para evitar agresiones de todo tipo

El feminismo exige iluminar y vigilar las rutas frecuentadas por mujeres

A. G., la vecina de Xàtiva que sufrió el pasado lunes una situación de acoso sexual mientras caminaba hacia su trabajo, comentó en declaraciones para este diario que, pese a que nunca nadie había llegado al extremo de manosearla, sí vive de forma relativamente habitual «que coches se paren, se ofrezcan a llevarme, y hagan comentarios sobre mi físico», según sus palabras. Una vivencia incómoda y desagradable para las mujeres, que puede llegar a ser terrorífica en función del entorno en el que se produzca: es evidente que en zonas oscuras y menos transitadas, aumenta el peligro. La vecina de Xàtiva acosada el lunes también avisaba de este extremo —pese a que en su caso, la agresión sexual se produjo a plena luz del día—, y por ello pedía «más vigilancia, y más luz» en zonas críticas de Xàtiva como, en su experiencia personal, la CV-645 a su paso por el polígono, muy oscura cuando anochece. La agrupación feminista local Xateba se sumó ayer a esta reivindicación: «Hay rutas que requieren de una iluminación mayor, y un control más férreo por parte de la Policía Local. Porque es innegable que hay horarios en los que puede existir algún tipo de riesgo para las mujeres», verbalizaba Mar Vicent, de Xateba.

Este punto es, de hecho, uno de los elementos centrales de la política urbanística con perspectiva de género, concepto en boga en la planificación municipal pero que no acaba de establecerse a nivel general, más allá de unas primeras directrices un tanto difusas para el ciudadano de a pie. En las ponencias celebradas por Xateba, las arquitectas especialistas han remarcado cómo la existencia de rutas inseguras para las mujeres, y la falta de consideración en este sentido, es uno de los grandes déficits de la planificación urbana. «Una ciudad diseñada y gestionada con perspectiva de género ha de tener en cuenta estos hechos. La iluminación, y un mejor control, son dos elementos sencillos que permitirían que las mujeres se sintiesen mucho más seguras», explicó Mar Vicent.

Los improperios y los comentarios innecesarios sobre el físico de una mujer son «muy habituales» en los entornos más cercanos, y contribuyen a crear «un machismo ambiental», en palabras de Vicent, que en último término contribuye a que en algunos casos el acoso traspase la frontera del contacto físico, como le ocurriese a A. G. La componente de Xateba señalaba que, a nivel municipal, se ha de combinar una doble política: procurar la máxima normalidad en la vida de la mujer —«no hay derecho a que se vea limitada en sus horarios y en por dónde puede caminar por el miedo a que ocurra algo»—, por un lado, y educar en una «campaña permanente» contra las conductas sexistas de todo tipo, empezando por esa clase de comentarios. «No pueden ponerse cartelesy ya está. La gestión municipal ha de hacer ver que este tipo de conductas ya no son admitidas en nuestra sociedad», insistió Vicent. Así, para la ciudad de Xàtiva abogaba por la puesta en práctica de las directrices más urgentes del urbanismo con perspectiva de género, con el aumento de la seguridad como eje vertebral, y por insistir en la sensibilización contra todo tipo de agresiones sexuales.

La valentía de denunciar

Mar Vicent quiso destacar, por otro, la «valentía» de la vecina de Xàtiva para denunciar públicamente la situación de acoso que sufrió el pasado lunes. «Me parece que actuó muy bien. Son vivencias que no son agradables de relatar. Incluso a veces, las mujeres encuentran un punto de culpabilidad, por lo que es habitual callárselo y que no trascienda», comentó la componente de Xateba, ensalzando la decisión de A. G.: «Denunciándolo y dándolo a conocer se contribuye a que la sociedad de Xàtiva vea que el acoso callejero es un problema grave, contra el que todo el mundo debería comprometerse», concluyó.

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