El título del proyecto es de lo más anodino y se limita a condensar su objetivo principal: la reurbanización de la calle Sant Antoni de Ontinyent. Pero bajo la apariencia de una obra cualquiera más se esconde una ambiciosa actuación demandada por los vecinos -a través de los presupuestos participativos- y financiada por tres administraciones diferentes para reducir la presencia de coches, dar prioridad al peatón e insuflar vida a un enclave emblemático y envejecido de la localidad con una inversión que roza los 1,5 millones de euros.
Los trabajos -que esta semana deberían salir a concurso público- se plantean sobre una superficie de casi 5.000 metros cuadrados asentada en torno a la «ermiteta» de la Concepció, en uno de los barrios históricos más antiguos de Ontinyent, el de Poble Nou, tradicionalmente vinculado a las familias de agricultores que comenzaron a edificar sus casas en el siglo XVIII.
Bajo la evidencia de que la actual presencia de coches en la zona resulta excesiva para la anchura y el carácter de la calle, la actuación mantendrá solo uno de los accesos a la vía (el de la parte norte) y aprovechará el espacio restante para ampliar y consolidar un ámbito de «estancia de calidad» dedicado al esparcimiento. A la altura de la ermita se incluye un bolardo móvil disuasorio y no se delimitará visualmente un espacio único para el tránsito de coches con tal de garantizar la preferencia de los peatones en todo momento. En esa misma línea, el consistorio planea eliminar las 68 plazas de aparcamiento existentes en la calle Sant Antoni (excepto las que se reservan para la carga y descarga de los negocios) con la idea de proporcionar una anchura libre adecuada para recorrer el trazado a pie. Para compensar ese recorte se está acondicionando un nuevo aparcamiento con 150 plazas en el entorno de la plaza Ovidi Montllor. Además, se instalará una parada de autobús en la Avenida Francisco Cerdá, antes del cruce con la calle Dos de Maig.
Uno de los objetivos prioritarios de la inversión pasa por crear un espacio tranquilo, polivalente y flexible de esparcimiento y de juegos en la «Alamedita» de Sant Antoni, que deberá adaptarse a los diversos usos y actividades que se desarrollan enla zona a lo largo del año: desde las hogueras de Sant Antoni hasta el «Porrat» o el cine de verano, pasando por la tradicional «dansà». Para facilitar estas fiestas populares se eliminarán los bancos fijos en la parte sur del ámbito de la Alameda -cuya extensión y arbolado se verán incrementados- se colocarán anclajes para facilitar la instalación de luces (liberando al arbolado de los adornos lumínicos) y se acondicionará un «espacio propositivo» para los juegos en grupo de los más pequeños que tratará de fomentar su creatividad y la imaginación. También se diseñan unas gradas de varios niveles, revestidas en piedra y con asientos de madera en listones corridos.
Una fuente histórica que se realza
Todas estas acciones se ejecutarán garantizando la conservación y el realce de la fuente de Santo Domingo datada de 1893 y situada en la Alamedita, uno de los elementos que más destacan a nivel patrimonial y simbólico del enclave. La actuación apuesta tambiénpor recuperar la plaza de la Coronació como «zona de estar» y de apertura a las partes más modernas de la ciudad.
La propuesta -consensuada con los vecinos- implica una sustitución completa del pavimentado, la recuperación de los adoquines en buen estado y la renovación de instalaciones de agua, alumbrado y tramos de alcantarillado en diversos puntos. Dada las características sociodemográficas del barrio, el proyecto de la UTE Miguel del Rey Aynat-AIG Arquitectura plantea la posibilidad de ampliar el número de bancos distribuidos a lo largo de la calle.
