Las aguas han vuelto a su cauce, afortunadamente. Empatamos ante el Villarreal C y pusimos el piloto automático hacia el Torrent, pero pillamos una turbulencia previsible pero que nos sorprendió y alteró el camino. Rueda verbalizó el descontento y desconfianza de otros más. Que haya dejado la capitanía es el gesto que ha puesto de manifiesto que hasta ese día, tras tres meses de trabajo, sólo se había cobrado 15 días. El «por aquí ya hemos pasado» no ha sido una respuesta adecuada, porque la reiteración cansa; el «al final se pagará» tampoco, porque a nadie le aplazan los gastos o deudas hasta junio o julio; como entiendo que no dar respuesta a los jugadores, no atenderlos, responderles con el silencio nunca es adecuado. Vuelvo a repetir, por enésima vez, que el socio dio la confianza en los actuales gestores, desestimando otras opciones, porque iban a legar, sin escalas, al fútbol profesional. Hoy estamos una categoría más lejos de él, y encima mantenemos la mala costumbre de no pagar al día.
Rueda explotó y ha habido reacción, pago y anuncio de regularización antes de final de año. Así que, volvemos a tener el piloto deportivo puesto hacia el partido contra el Torrent porque el piloto social, visto lo visto, está cerca de cambiar, y espero, sinceramente, que sea para bien.
Esta situación prolongada de impago ha servido, también, para que me ilusione todavía más por lo que está haciendo la plantilla y cuerpo técnico porque, juegan bien, y ganan, y ganan en casa, y ganan con gente joven, y no dejan de correr, y sin cobrar poco o mucho. Estoy con ellos, agradecido, y rumbo al partido de este domingo.
