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La mascarilla obligatoria reactiva la producción en el clúster de Ontinyent

Las firmas locales de la Vall d’Albaida pueden lanzar un máximo de 15 millones de unidades mensuales al mercado

Una trabajadora de una firma del clúster examina una mascarilla, en una imagen de archivo. | PERALES IBORRA

El pasado 24 de diciembre entró en vigor el real decreto que impone de nuevo el uso de la mascarilla en exteriores como elemento de prevención para frenar la expansión del coronavirus en territorio nacional. Los «tapabocas» vuelven a ser obligatorios y la llegada de la variante ómicron ha causado un aumento exponencial en el número de contagios, con alzas en las cifras oficiales desde hace varias semanas.

La evolución del virus tiene un claro impacto económico y social y la pandemia también deja efectos a nivel industrial. Toda esta conjunción de factores ha reactivado la producción en el clúster textil sanitario de Ontinyent.

Este conjunto de empresas locales cuenta con capacidad para producir picos de 15 millones de unidades mensuales trabajando a pleno rendimiento. Las cantidades actuales de mascarillas que salen al mercado desde la Vall d’Albaida no llegan a esa cifra, pero los responsables de las empresas privadas sí reconocen una variación al alza por el devenir de los últimos acontecimientos.

Así lo confirmó ayer Càndid Penalba, CEO de Cotoblau, que atendió a Levante-EMV y expuso que durante los últimas dos semanas sí se ha notado un incremento en los pedidos: «La demanda ha crecido, la actualidad manda. Eso sí, la situación no llega a la registrada hace un año». Penalba explicó que su firma puede llegar a producir 150.000 mascarillas semanales de muchos tipos y apuntó que es un producto que se puede quedar un tiempo: «Hace dos años que está aquí. Ahora han vuelto a entrar unidades a precios bajísimos procedentes de Asia y con eso es difícil luchar. El cliente que elige nuestro producto lo hace por las garantías de calidad. Eso está claro».

Miguel Ángel Molina (Mila-Rosa SA) también dibujó un escenario similar: «En los últimos dos meses la demanda ha crecido, eso es cierto. Como también lo es que el precio de los productos que llegan de China es entre un 20 y un 40 % inferior, así siempre es más difícil competir».

José Serna, presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunitat Valenciana (Ateval), también valoró la situación. Comentó que las actuales circunstancias causan un aumento inmediato del consumo de mascarillas: «Si la ley vuelve a hacer obligatorio su uso y, encima, los contagios crecen el efecto más claro es ese. Hay una mayor preocupación, un mayor sentimiento de necesidad de protección». «Las empresas que realizaron una mayor inversión en maquinaria son las que pueden ser más competitivas. En la producción local los certificados de calidad son máximos y los plazos de entrega se acortan. Ya hay casos en los que el aumento de la producción ha ocasionado la entrada de nuevos turnos de trabajo», expuso. «El textil valenciano puede alcanzar una producción de entre 30 y 40 millones de unidades , 15 de ellos en la Vall», apostilló.

Sector estratégico

El ayuntamiento de Ontinyent fue uno de los agentes más activos durante la creación del clúster textil Sanitario. El alcalde Jorgé Rodríguez recordó ayer que se trata de una una iniciativa impulsada desde lo local que ha cumplido sus objetivos con creces: «Ahora planteamos nuevos retos vinculados a la especialización y la internacionalización. Para el año 2022 el Gobierno de Ontinyent tiene previsto renovar el acuerdo de colaboración con Ateval. Lo que necesitamos ahora es que el textil sanitario sea considerado sector estratégico. No podemos volver a depender de los aviones de China».

La evolución del paro en la industria de Ontinyent avala las tesis. El número de desempleados descendió un 7% en noviembre respecto al mismo mes de 2019.

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