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Escritora y profesora de universidad retirada.

Anna Freixas : "Las abuelas no tienen por qué cuidar gratis de sus nietos"

La escritora y profesora universitaria retirada interviene este miércoles en el marco de la programación de Majors Actius de Ontinyent

La escritora catalana Anna Freixas. REMEDIOS MALVAREZ BAEZ

A sus 75 años, Anna Freixas (Barcelona,1946) no esconde su edad ni falta que le hace. En «Yo vieja» defiende una ancianidad libre y activa, liberada de tabús y prejuicios para seguir experimentando y aportando a la sociedad.

¿Por qué está tan mal visto que a una la llamen vieja?

Ser viejo es estar en un estadio del ciclo vital, pero el término tiene una connotación negativa por parte de la sociedad, que quiere ahcer desaparecer de la vista a una serie de personas que están todavía vigentes, cada vez más con el aumento de la longevidad. Hay muchas personas mayores que tienen una presencia importante en la vida. Este planteamiento de la sociedad perjudica la vida de todos. Vivimos muchos años, pero no tenemos por qué avergonzamos de ello.

¿Se siente usted orgullosa de poder decir que es vieja?

Claro, la longevidad es un enorme logro y gracias a él seguimos participando y realizando cantidad de aportaciones que proporcionamos los viejos a la sociedad en términos de experiencia o de cuidados.

Sin embargo nos empeñamos en combatir a la vejez. Los productos antiedad son un filón...

La vida es un camino largo que queremos vivir, pero nadie queremos hacernos viejos. Hemos de transformar la idea de que la vejez es tiempo de pérdida. En realidad es un tiempo en el que pasan cosas que no pasan en otros momentos del ciclo vital, es el camino al final de la vida. Todo el mundo sabíamos que llegaría. Deberíamos sentirnos reconciliados con nuestro cuerpo y con todo lo que la vida nos está comportando en este momento.

Reivindica una sexualidad activa en la vejez. ¿Por qué está rodeada de tantos tabús?

La sexualidad es una práctica y un deseo que se mantiene toda la vida, pero la sociedad no ha considerado que tenga interés o que sea una realidad; ha querido mirar hacia otro lado, como ocurre con todos los temas de la vejez.

En su libro critica el modelo de las residencias de ancianos.

La pandemia ha puesto en evidencia que ahí tenemos un problema. La sociedad entera lo tiene y no se resuelve mirando hacia otro lado, sino haciéndole frente y viendo qué hay que cambiar para que las cosas y una situación de este tipo no se vuelva a producir en este país. Esto exigirá un replanteamiento estructural del funcionamiento de las residencias, de quiénes son las personas que acceden a ellas y de cómo podemos organizar mejor la vida de las personas.

También defiende que los abuelos y abuelas deberían cobrar por cuidar de sus nietos.

Es evidente que si yo hago un trabajo con un horario y con una continuidad, ese trabajo no sé por qué las abuelas lo tenemos que hacer gratis. Si no fuera la abuela, los hijos lo pagarían. Esta especie de beneficio gratuito habría que replantearlo porque para muchas abuelas supone un esfuerzo muy grande. No entiendo por qué en nombre del amor hay que trabajar gratis. Son los hijos e hijas los que deben darse cuenta de que están contratando a una persona que requiere una remuneración.

¿Cómo se puede llegar activo a la vejez?

Mantener la mente activa a lo largo de toda la vida es muy importante y eso requiere que intentemos conservar el interés y seguir participando en las cosas que nos rodean, no apartarnos y no considerar que no nos importan. Es fundamental el concepto de comunidad: formar un colectivo de personas con diversas edades, que establecen lazos y niveles de comunicación y participación que suponen una ayuda para la vida cotidiana.

Participar en la sociedad es vital para que tu vida tenga significado, para que te levantes por la mañana sabiendo que formas parte de una colectividad y de un significado común que nos enriquece a todas y a todos.

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