El Ayuntamiento de Xàtiva ha activado la maquinaria de la disciplina urbanística para intentar poner fin a las incursiones detectadas en el interior de la histórica Papelera San Jorge.
Aunque una reducida parcela de del vasto complejo industrial fue asumida en 2019 por una constructora que la utiliza para hacer acopio de materiales, el grueso de las instalaciones quedó en 2017 en manos del banco encargado de absorber los activos tóxicos del ladrillo, la Sareb. La concejalía de Urbanismo ha ordenado verificar la propiedad del inmueble y planea dirigirse a dicha entidad para requerirle que tapie los accesos, con el objetivo de impedir que se cuelen intrusos ante el riesgo de que pueda producirse algún accidente en su seno.
El regidor del área, Ignacio Reig, recalca que la medida es una más de la batería de actuaciones que está desplegando el consistorio tras reforzar el ámbito encargado de obligar a los dueños de los edificios a cumplir con su responsabilidad de mantener y conservar los bienes, sobre todo allí donde puede existir un peligro para la seguridad.
Como contó ayer este diario, el consistorio también tuvo que tapiar otro símbolo del pasado industrial de Xàtiva como es el Molí Sarrampedra porque su interior se usaba como depósito de botes de pintura y demás basura.
No es el primer banco al que se dirige la corporación municipal para instarle a acatar la normativa: en el casco antiguo se concentran requerimientos similares. Desde su abandono, el vandalismo y las entradas y usos ilegales se han repetido en la antigua Papelera San Jorge, ubicada en el lugar donde estuvo el primer molino papelero de toda Europa en el siglo XI y donde se encuentra la chimenea industrial más alta de la Comunitat Valenciana, con sus 50 metros. Una de sus explanadas se usó hace años como campo de batalla de «paintball».
Secuelas de un PAI frustrado
En plena burbuja inmobiliaria, el gobierno de Alfonso Rus recalificó de industrial a residencial . m de suelo del complejo con la idea de edificar viviendas. Pero el programa urbanístico encalló con el estallido de la crisis y los terrenos terminaron en manos de los bancos.
La parcela urbana más grande de la papelera, de . m, fue embargada por la Sareb. En ella se ubican tanto la gran chimenea, como un antiguo molino y una fábrica de luz, los elementos de mayor valor en el histórico conglomerado fabril de Gregorio Molina abandonado, que llegó a emplear a doscientos trabajadores en su época dorada. En mayo de 2021, una experta advirtió sobre el peligro de los desperfectos de la chimenea y urgió a elevar la protección sobre las instalaciones.
