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La falta de interesados deja un goteo de concesiones de bares desiertas

Los consistorios están teniendo muchas dificultades para arrendar bienes municipales vinculados a la hostelería o a los alojamientos turísticos en un contexto de escalada de precios y de los costes de gestión

El complejo municipal de la Solana, cuya concesión licita el Ayuntamiento de Moixent. | LEVANTE-EMV

Que los ayuntamientos ejerzan como arrendatarios de bares, restaurantes y albergues de titularidad municipal es una práctica habitual en muchas localidades, pero cada vez son mayores las dificultades con las que se están encontrando las entidades locales de la Costera, la Canal y la Vall d’Albaida para dar salida a estas concesiones por la falta de interesados dispuestos a asumir su explotación. Primero la pandemia y después la escalada generalizada de precios están contribuyendo a dejar sin cubrir muchas de estas instalaciones por los costes exigidos de gestión y mantenimiento, mientras los consistorios exprimen los trámites y tratan de diseñar ofertas lo más atractivas posibles para mantener servicios indispensables tanto para los vecinos como para mantener una mínima propuesta turística.

Uno de los últimos concursos públicos que se declaró desierto en el territorio por la ausencia de licitadores es el correspondiente a la contratación de los servicios del bar-restaurante y de la zona des esparcimiento «La Solana» de Moixent, un complejo municipal edificado hace 15 años que fue concebido como un aula de naturaleza para los excursionistas en una zona recreativa y de acampada de la localidad. Aunque la idea del consistorio era que un nuevo adjudicatario se hiciera cargo del inmueble antes de Pascua, en abril se dio carpetazo a un primer proceso por falta de ofertas y se abrió uno nuevo tras ejecutar una serie de obras de mejora en las inmediaciones. El pliego municipal pide 40.835 euros por la explotación del edificio durante 6 años.

Algo similar ocurrió esta pasada semana en Xàtiva con el hotel-restaurante Murta, que cumple cerrado 4 años. Después de un primer procedimiento abierto al que no optó ninguna empresa del sector, el ayuntamiento promovió un segundo expediente por la vía negociada sin publicidad, pero después de invitar a varias posibles candidatas, ninguna de ellas ha sido capaz de presentar una propuesta solvente desde el punto de vista de la mesa de contratación, por lo que el segundo proceso también se ha declarado desierto. Oto bar municipal en Xàtiva fuera de funcionamiento es el que había en la Casa de la Llum.

Un rosario de problemas

Idénticos problemas ha experimentado el Ayuntamiento de Agullent con la licitación a cuatro años del bar-cafetería de su polideportivo municipal, que quedó desierto el año pasado; o los de Barxeta y la Font para arrendar los bares de sus instalaciones deportivas o el consistorio de Canals para hacer lo propio con el del mercado municipal, que también quedó desierto en sendos procedimientos en 2020 y 2021 y ha permanecido largo tiempo cerrado. Los alcaldes subrayan que los farragosos trámites burocrácticos y administrativos a los que están obligados por la Ley de Contratación son otro gran obstácuo que ralentiza los procedimientos.

A finales del año pasado, Vallada tampoco consiguió encontrar un arrendador para reabrir el albergue y el hotel-restaurante de la Ermita, cerrados desde octubre de 2020, y tuvo que repetir el procedimiento en febrero flexibilizando los pliegos para rebajar el canon y hacerlo más atractivo. De momento, la explotación sigue sin haberse adjudicado oficialmente, como también aguardan el mismo destino otros tres bares-restaurantes de titularidad municipal licitados por el consistorio hace cuatro meses: el de los jubilados, el Sal de Romer y el de la Ermita. Los cuatro contratos suman 76.000 euros.

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