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El pedrisco se ceba con la viña y daña 3.000 hectáreas de cosechas

Fontanars y la Font de la Figuera concentran la mayor parte de los destrozos, con pérdidas de hasta el 100% en las parcelas más golpeadas - El episodio también afecta al olivar en la Vall y remata la campaña de la fruta

Un viñedo anegado por la lluvia del pasado lunes en Fontanars dels Alforins. | PEPE GANDIA

Después de las persistentes lluvias y de la ola de frío ártico que ha azotado al campo durante los meses de marzo y abril, la viña era prácticamente la única tabla de salvación a la que podían aferrarse los agricultores de la zona dels Alforins para sacar algo de rentabilidad a sus cultivos. Hasta que el granizo hizo acto de presencia este lunes y arruinó toda expectativa halagüeña para los productores de Fontanars (la Vall d’Albaida) y la Font de la Figuera (la Costera), las dos localidades más golpeadas por un episodio que ocasionó daños de gravedad en una superficie que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) cifra en aproximadamente 3.000 hectáreas de cultivos, después de dejar extensiones de tierra completamente cubiertas de blanco y piedras del tamaño de bolas de billar.

La viña, que se encuentra en el momento más delicado de la floración, es con diferencia la más afectada de las cosechas y concentra el 35 % de los desperfectos, según los cálculos de La Unió de Llauradors. Las variedades más adelantadas -como la chardonnay o la malvasia- se van a ver seriamente mermadas por el granizo, que no solo provoca heridas en la planta cuando está muy adelantada en el racimo, sino también en las cepas, que tienen que tratarse con productos cicatrizantes para evitar que se sequen.

En aquellas parcelas cuyo ciclo vegetativo se encuentra más avanzado y el tamaño de los brotes son mayores, el grado de afección puede alcanzar el 70% de la futura producción e incluso hasta el 100% en los campos más golpeados por la piedra, según AVA-ASAJA. Muchos racimos que no han llegado a caer al suelo muestran numerosos impactos y, aunque sus uvas cicatricen, no se van a desarrollar como un racimo normal, con la consiguiente merma de cosecha. Por otra parte, la humedad alimenta la propagación de plagas que no van a poder tratarse hasta dentro de dos semanas, cuando previsiblemente los viticultores puedan entrar a los campos y aplicar los productos fitosanitarios necesarios.

Otros municipios cuyos términos se han visto golpeados por el pedrisco en mayor o menor medida son Montaverner, Alfarrasí, Albaida, Castelló de Rugat, Bocairent, Enguera o Quatretonda, si bien la tormenta del lunes fue muy localizada en determinadas zonas y no ha provocado tantas pérdidas en el campo en estas poblaciones.

Entre las cosechas más castigadas en la Vall d’Albaida destaca la del olivar (que concentra el 29 % de los daños en una primera estimación), el almendro (el 21 % de los daños) y las frutas de hueso, si bien estas dos últimas ya se habían visto con anterioridad muy lastradas debido al frío y al exceso de humedad y se daban por amortizadas este año en la comarca.

Campos bloqueados por el agua

Otro motivo de preocupación para los agricultores es la dificultad que se están encontrando para poder entrar en sus bancales y desplegar las imprescindibles labores agrarias cotidianas, debido a la acumulación de agua y barro, que les impide acceder con sus tractores.

Además de retrasar la nefasta campaña de la fruta de hueso de este año, los productores avanzan que también se están observando mermas de producción en cultivos de caquis, cereales y cítricos como consecuencia de la acumulación de fenómenos climatológicamente adversos.

AVA y La Unió reclaman a las administraciones que articulen ayudas e incentivos para los productores con tal de compensar la concatenación de desastres en el campo, ya sea en forma de ayudas directas o con el reparto gratuito de productos fungicidas, deducciones fiscales o la condonación del IBI de las parcelas cultivadas.

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