"En 25 años como propietario de olivos es la primera vez que veo algo así". A pocos días de terminar con el pesaje de aceitunas, el responsable de la almazara Pepe Ginia de Navarrés, José Ródenas, resume así el resultado de una campaña que califica de "pésima", "horrible" y "desastrosa" por el bajísimo volumen de actividad registrado. Los peores augurios se han cumplido y los productores de la Canal, la Costera y la Vall d'Albaida van camino de cerrar el año con una cosecha de mínimos históricos, que apenas representa entre un 10 % y un 20 % de la cantidad recogida y molturada habitualmente.

En el reverso de la moneda, otro récord que afecta al sector (aunque en principio para bien) es el que viene determinado por la escalada de precios del aceite de oliva, que se ha instalado en los 5 euros por kilo tras dispararse un 25% respecto al año pasado. "Ojalá dure los precios siempre así", señala Francisco Castelló, presidente de la cooperativa Cristo de la Salud de Navarrés, que ha comenzado ya el proceso de envasado del aceite y prevé rematar los últimos pesajes de aceitunas entre esta semana y la que viene después de que hayan pasado por sus instalaciones unos 340.000 kilos de olivas, una "producción ridícula" si se compara con los cerca de 2 millones de kilos que suelen molturarse en la almazara de la entidad, que brinda servicio a los socios de Navarrés, Anna y Bolbaite.

Castelló avanza que la totalidad del producto envasado va a ser para los socios y que no van a poder habilitarse los habituales canales de venta al público debido a la escasez de reservas. "Este año no vamos a tener aceite ni para nuestros productores y si vendemos va a ser solo a los socios", advierte el presidente de la cooperativa. "El año pasado lo vendimos prácticamente todo, nos dejamos 15.000 o 20.000 kilos que envasamos para los socios y la venta al público, pero ya se nos ha terminado", recalca.

El bajo ritmo de trabajo ha hecho que la entidad de Navarrés hay pasado de pesar todos los días a hacerlo solo dos días por semana y solo en esta localidad. "En Bolbaite no se ha pesado este año y han traído directamente la producción aquí, mientras que en Anna hay tan pocos kilos que también se está haciendo lo mismo", incide Castelló.

Falta de luz y humedades

La falta de luz y las abundantes lluvias durante el periodo de floración y polinización de los olivos arruinó por completo la producción en la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. La merma de producción también ha sido significativa en otras zonas de España que son competencia directa como Andalucía, de ahí que el precio del aceite de oliva se haya incrementado de forma significativa. "Si sube tanto la gente se va a tirar al aceite de girasol", sostiene Ródenas, que advierte de que la producción en España no es suficiente este año para satisfacer la demanda y "no vamos a poder enlazar con el año que viene". En ese sentido, algunos productores temen que en unos meses el precio tienda a recortarse y estabilizarse con la entrada de producto procedente de otros países, como ha ocurrido con la naranja de Sudáfrica.

En la almazara de Pepe Ginia, que solo está funcionando un día a la semana, han pasado de molturar 1 millón de kilos de olivas en 2021 a quedarse en unos 200.000 kilos en esta campaña. En otros puntos con un tradicional peso importante en la producción comarcal como Enguera o Vallada también se prevé cerrar 2022 con mermas del 90%.