Quesa inicia la recuperación de su castillo del siglo XII tras comprar los terrenos

El Castillo de Quesa, una histórica fortaleza de origen musulmán construida en el siglo XII y que fue uno de los principales enclaves de defensa y vigilancia de la Canal de Navarrés, se encuentra en un estado ruinoso por el abandono del conjunto defensivo que han provocado la pérdida o invisibilidad de las estructuras y acusa también una falta de conocimiento sobre los elementos que lo conformaron, aunque pese a ello se distingue el torreón principal, un patio interior y un aljibe. La presencia de estos elementos arquitectónicos reconocibles y estructuras que mantienen su monumentalidad y porte, como la torre sureste que queda y los lienzos orientales y septentrionales, manifiestan la singularidad de este castillo declarado Bien de Interés Cultural (BIC) del que el Ayuntamiento de Quesa va a iniciar su recuperación con un estudio arqueológico y la consolidación de la torre que sigue en pie en el recinto. El proyecto, redactado por el arquitecto Tirso Ávila Aguilera, se ha licitado por 138.405 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. La intervención se lleva a cabo después de que el ayuntamiento haya adquirido los terrenos del castillo.

Este proyecto para el estudio arqueológico y consolidación del sector oriental del Castillo de Quesa supondrá una primera actuación para sentar las bases del futuro plan director del inmueble, que definirá y programará todas las fases para la rehabilitación y puesta en valor del castillo. El objetivo final es conservar y proteger la fortaleza, así como ahondar en el estudio y conocimiento del conjunto. El documento redactado destaca que la torre, el gran aljibe central y las estructuras murales perimetrales que se conservan, “aunque dispersas y muy deterioradas, se presentan en un estado que permiten la recreación de gran parte de la fortaleza”.

El proyecto plantea el estudio arqueológico del sector sureste, donde se halla una de las estructuras de mayor porte conservadas como es la torre situada al sureste del castillo -estructura que además sobresale entre los restos que quedan en la fortaleza-, de la que también se llevará a cabo su consolidación, así como de las estructuras exhumadas en las diferentes campañas arqueológicas previas. El ámbito de intervención propuesto en el proyecto es que el presenta mayores riesgos de pérdidas.

Las actuaciones arqueológicas que se llevarán a cabo consistirán en una prospección arqueológica en el sector, con las excavaciones oportunas en las zonas en las que sea posible recuperar estructuras originales del castillo y la recuperación de las cotas de uso originales, describe el documento. En la consolidación de la torre sureste se estabilizarán los volúmenes que se han desprendido de los cuerpos de fábrica, con trabajos de mampostería, reposición de morteros de juntas entre mampuestos, recuperación de revestimientos y limpieza de especies vegetales y elementos impropios. Se realizará un completo vaciado de los derrumbes y rellenos que acumulan los espacios interiores de la torre y lienzos, un vaciado que se hará con el seguimiento arqueológico planteado y con el objetivo de liberar las estructuras de la tierra y restos de tapias que la colmatan desde su interior, presionando sobre las mismas estructuras. Además, se procederá al cosido y relleno de las grietas y fisuras en la fábrica, con especial atención a las de mayor tamaño que puedan suponer la pérdida de estabilidad de las estructuras. El cosido se realizará con la “inyección de una lechada de cal, favoreciendo la traba entre las fábricas con mampuestos similares y, si fuera necesario, mediante el uso de varillas de fibra de vidrio”, especifica el proyecto.

También se consolidarán y recuperarán los muros y estructuras que afloren con la fase arqueológica y de vaciado que se ejecutará. El vaciado facilitará el drenaje de las aguas y evitará su impacto contra los frentes murarios, “una de las mayores causas de su deterioro”, apunta la memoria redactada del proyecto.

Puesta en valor y recurso turístico

El alcalde de Quesa, Rafael Bas, afirma que “queremos poner en valor el castillo y enfocarlo al turismo, como un recurso turístico para atraer visitantes”. El primer edil señala que el terreno donde se encuentra la fortaleza era privado y que “el año pasado adquirimos los 8.000 metros cuadrados por unos 40.000 euros. Ahora hemos recibido una subvención de patrimonio para la actuación, que permitirá afrontar prácticamente la totalidad del coste”. La actuación se ha presupuesto en 138.405 euros. Bas también ponía de manifiesto que “iremos buscando subvenciones para rehabilitar poco a poco todo el conjunto, uno de los elementos patrimoniales más importantes. Tenemos que valorar el patrimonio que tenemos”. El alcalde subraya que “somos un pueblo pequeño y cuantos más recursos y atractivos turísticos tengamos, mejor”, concluye Bas.