La plaga de jabalíes devora una cosecha de 4.000 kilos de "meló d'or" en Ontinyent

"No me había pasado nunca, lo han arrasado todo y se han comido hasta los ejemplares más pequeños", lamenta el propietario de la plantación

Sergio Gómez

Sergio Gómez

El codiciado "meló d'or" de Ontinyent ha sido la última víctima de la plaga de jabalíes que está poniendo contra las cuerdas y causando graves destrozos a los agricultores de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. Lo sabe muy bien Rafael Francés Micó, que acaba de sufrir la pérdida de una cosecha de cerca de 4.000 kilos de esta fruta por las repetidas incursiones de los animales salvajes en uno de sus huertos, ubicado a 12 kilómetros del núcleo urbano de Ontinyent, en el linde que separa a esta localidad de la vecina Fontanars.

"Me entraron hace más de una semana y me hicieron mucho mal, pero desde entonces han ido volviendo. Anteanoche prácticamente arrasaron todo el bancal. Lo que me ha pasado este año no me había pasado nunca", explica a Levante-EMV el productor agrícola, delegado de la asociación agraria AVA-ASAJA en Ontinyent.

A las puertas del inicio de la campaña de recolección, Francés ha visto esfumarse de un plumazo casi toda su producción de "meló d'or", a la que había dedicado tiempo y esfuerzo. Al menos le queda el consuelo de tener otro bancal en un emplazamiento diferente que de momento se ha librado de los ataques, aunque este año ha coincidido que la cosecha de "meló d'or" es más reducida de lo habitual en parte por la falta de lluvias. "Los melones estaban ya a punto de coger, si no fuera porque se ha retrasado la recolección hubiéramos empezado hoy (por ayer)", observa Francés.

Hasta ahora, asegura Rafael, los jabalíes se paseaban por el huerto y arrancaban algún melón de la mata, pero nunca había visto que se comieran ningún ejemplar. En esta ocasión no han dejado ni las semillas en algún caso. "Ha sido una cosa inesperada, se han comido hasta los más pequeños", subraya.

Aunque por la zona no es inusual la presencia de estos animales, cada vez son más y el problema es que ya no se conforman con migajas y prácticamente ningún cultivo se libra de su voraz apetito. Las últimas cosechas de naranja, uva, girasoles, calabazas o ajos también se están viendo más afectadas de lo normal por la plaga en las comarcas de la Vall, la Costera y la Canal. Y cuanto más pequeña es una plantación, más evidentes son los daños económicos.

Melón devorado por los jabalíes en Ontinyent.

Melón devorado por los jabalíes en Ontinyent.

"Te quedas sin sueldo"

"Toda la faena que haces, que al final es la comida de uno, y te fastidian así, te quedas sin sueldo", lamenta Rafael Francés, que pone el foco en la necesidad de que se adopten medidas urgentes desde los estamentos públicos para paliar los destrozos ocasionados por los jabalíes.

"No digo que no tenga que haber animales en el campo, pero al final los agricultores lo estamos dejando abandonado porque no compensa", apunta. "Llevamos varios años bregando con la plaga de conejos y la población del jabalí también va a más porque no tiene enemigo y lo arrasa todo. Se tienen que tomar decisiones y compensarnos de alguna forma: nadie puede estar de acuerdo con que uno esté trabajando y no le paguen el sueldo y eso es lo que nos está pasando", resume el agricultor y delegado local de AVA. 

Los melones dorados son una variedad autóctona característica de la zona de Ontinyent que se cultivan desde hace más de 600 años, con sus propias singularidades de sabor, dulzura y alta capacidad de conservación. Su comercialización suele comenzar en septiembre. En las últimas campañas la producción de este fruto de secano regado exclusivamente con agua de lluvia ha sufrido mermas importantes en buena medida a raíz de los destrozos provocados por los conejos y los robos.