Un gran mural a la entrada de Pinet pone en valor las tradiciones del pueblo

La obra del requenense David Fernández representa a tres vecinas haciendo "llata" junto a un algarrobo milenario y la montaña de la localidad

El mural pintado a la entrada de Pinet por el artista David Fernández

El mural pintado a la entrada de Pinet por el artista David Fernández / AJUNTAMENT DE PINET

G. Ramos

El artista requenense David Fernández Sáez ha completado un gran mural a la entrada de Pinet que simboliza la tradición en este pueblo de la Vall d'Albaida, al representar técnicas artesanales con mucho arraigo en el municipio junto a recursos naturales presentes desde tiempos inmemoriales y muy emblemáticos en la memoria colectiva de los residentes.

La obra, que recibe a los visitantes de la localidad, plasma de forma muy realista una fotografía en la que aparecían tres vecinas (Lola, Emilio y Rosa) haciendo "llata", una faja o tira hecha de plantas silvestres (normalmente esparto, pita o palma) trenzada en varios ramales que se utilizaba para fabricar diversos utensilios de ámbito doméstico o para el desarrollo de actividades agroganaderas como capazos, cestas, esteras o alpargatas, así como objetos decorativos.

El mural también incluye el algarrobo milenario de Cadis y, al fondo, la montaña que corona el barranco de Castell de Pinet. Desde el ayuntamiento han agradecido al artista autor de la obra que haya pintado la fotografía "con tanto aprecio y profesionalidad".

La artesanía de la "llata" fue una de las principales actividades económicas de Pinet hasta los años 80. Su época de mayor esplendor fue en la década de 1960. Suponía el apoyo económico de gran parte de las familias, y en ella colaboraban todos sus integrantes, desde el más pequeño hasta el más mayor. La técnica tiene un origen islámico, puesto que en el siglo XIII empezaron a elaborarse utensilios de palma para transportar la pasa y, despúes de la expulsión de los moriscos al siglo XVII, los nuevos pobladores mantuvieron la costumbre.

A finales del siglo XIX y durante una buena parte del XX se industrializó la producción para hacer frente a la fuerte demanda, pero a partir de los años 70 empezó su decadencia debido a las nuevas modas y la deslocalización económica que ha provocado la importación de productos de todo tipo, fabricados al sudeste asiático.

Según recoge la información municipal, los hombres eran los encargados de recoger la materia prima y las mujeres realizaban la tarea de hacer "llata" que consiste en trenzar el "ullol" y despúes cosían la "llata" y hacían el capazo. Muchas mujeres casadas se dedicaron a confeccionar capazos " cabassos pansers" y comercializarlos. Algunas mujeres más mayores confeccionaban capazos para la compra y los adornaban con "ullols" de colores que tintaban con "fugina" (rojo, verde, morado y rosa)