La comunidad búlgara se mantiene fuerte en la Costera y la Canal

Aunque la población de este país haya disminuido en las últimas dos décadas, sus fiestas y tradiciones siguen presentes y son acogidas por los valencianos

Bailes tradicionales búlgaros en la Casa de la Cultura de Enguera.

Bailes tradicionales búlgaros en la Casa de la Cultura de Enguera. / Redacción Levante-EMV

Desde hace unos años, cuando llega marzo, los árboles en flor de algunos pueblos de la Costera y la Canal se llenan de pulseras y amuletos de hilo rojo y blanco. Se trata de la tradición búlgara de la Baba Marta, que celebra la llegada de la primavera. Aunque la población búlgara se haya reducido considerablemente en las últimas dos décadas, todavía quedan numerosas familias y las valencianas han acogido muchas de sus costumbres.

Hoy, 3 de marzo, es el Día de la Liberación de Bulgaria, su fiesta nacional. Casualmente, coincide con la celebración de la fiesta de la Baba Marta (la Abuela Marta, cuyo nombre viene dado por el mes de marzo), una mujer mayor que, según la cultura popular búlgara, tenía el poder de cambiar el tiempo. Su temperamento era muy cambiante y por ello el clima de este mes también lo es. La anciana despertaba el 1 de marzo y traía consigo la primavera.

Foto de archivo de una «martenitsa».

Foto de archivo de una «martenitsa». / Redacción Levante-EMV

Las pulseras y amuletos de hilo rojo y blanco que podemos ver en las muñecas de la gente o colgados de las ramas de cerezos en flor se llaman «martenitsa». Su origen se remonta al siglo VII y se cree que tienen un poder mágico, símbolo de larga vida, fertilidad y abundancia. Por ello, cuando llega la Baba Marta, se regalan estos amuletos para desechar las cosas negativas y el frío y recibir a la anciana de la mejor manera posible para que no se enfade y llegue el buen tiempo. Cuando se vea una cigüeña este mes, hay que colgar la «martenitsa» en un árbol en flor o verde para tener un año próspero. Así, la simbiosis entre la cultura búlgara y española da lugar a imágenes tan pintorescas como un olivo centenario valenciano, decorado con lanas rojas y blancas.

Tradiciones populares: de las Fallas a la Baba Marta

Mirka Gocheva, miembro de la asociación AIC NOVA Enguera y residente en este municipio desde hace años, lo compara con la quema de las fallas: «Es una tradición para que se vaya todo lo malo». De hecho, en la provincia de Haskovo, durante estos días tienen como costumbre «limpiar a fondo las casas, quemar la basura y saltar sobre el fuego para deshacerse de las cosas malas y olvidar el pasado».

La Baba Marta visita el CEIP Eduardo López Palop de Enguera

La Baba Marta visita el CEIP Eduardo López Palop de Enguera / Redacción Levante-EMV

Gocheva, como muchas personas búlgaras, llegó a Enguera de muy joven a principios de los 2000 y allí ha formado una familia. Al igual que ella, actualmente entre 500 y 600 búlgaros viven en este pueblo, lo que supone un 15 % de la población enguerina. Llegó a haber más de un millar aunque, por motivos socioeconómicos, varios de ellos se fueron en los siguientes años. Sin embargo, todavía son muchas las familias que tienen una fuerte presencia aquí, varios matrimonios entre personas de ambas nacionalidades con hijos, gente que llegó a España de niña o incluso nació aquí y que ha construido su hogar en la Comunidad Valenciana.

Enguera está hermanada con la ciudad de Haskovo desde el año 2007. De hecho, tal es la presencia en este pueblo de la Canal de Navarrés, que en 2014 se construyó un monumento conmemorativo por el XV aniversario de la llegada de la población búlgara a esta localidad.

Monumento a la XV llegada del pueblo búlgaro a Enguera.

Monumento a la XV llegada del pueblo búlgaro a Enguera. / Redacción Levante-EMV

Tradiciones como la de la Baba Marta resultan muy atractivas y vistosas para la población autóctona. «Como en el colegio sigue habiendo niños búlgaros, sus compañeros españoles se han hecho a la costumbre de tener su 'martenitsa' e incluso preguntan por ella. Mis amigos españoles también me las piden cuando se acerca la fiesta. Es algo bonito, para que nos dé suerte, salud y cosas positivas, que hacen falta hoy en día más que nunca», expresa Gocheva a Levante-EMV. Ella y otras madres búlgaras van cada año al colegio a contar a los niños y niñas la historia de la Baba Marta y a hacer talleres de confección de «martenitsa».

Taller de «martenitsas» para niños en la escuela búlgara San Juan de Rila.

Taller de «martenitsas» para niños en la escuela búlgara San Juan de Rila. / Redacción Levante-EMV

Vanya Pencheva es la presidenta de la asociación AIBE (Asociación por la Integración y el Bienestar) Balcan Xàtiva. Explica a este diario que, antes de la pandemia, había aproximadamente 10.000 búlgaros y búlgaras entre la Costera y la Canal. Desde esta asociación, se dedican a ayudar a personas migrantes en situación de vulnerabilidad (sea cual sea su nacionalidad) y a promover actividades culturales no solo para la población migrante, sino también para el conjunto de la sociedad, como clases de idiomas, talleres de empoderamiento, alfabetización y capacitación de mujeres migrantes, integración sociolaboral para jóvenes y demás.

«Intentamos trasladar todo el amor por lo nuestro para que no se pierda. Nunca es tarde para aprender cualquier cultura»

Vanya Pencheva

— Presidenta de AIBE Balcan Xàtiva

La presidenta de AIBE Balcan Xàtiva denuncia que, desde 2006, la población búlgara de estas comarcas «ha disminuido catastróficamente». Por ello, la escuela San Juan de Rila, con instalaciones en Xàtiva y en Enguera, enseña el idioma y cultura a los niños y niñas que ya han nacido en España. «Es de interés común que nuestros hijos conozcan las tradiciones de sus antecesores porque ya conviven con las de aquí», sostiene, por su parte, Gocheva. «Intentamos trasladar todo el amor por lo nuestro para que no se pierda. Nunca es tarde para aprender cualquier cultura», concluye Pencheva.

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