De vender huevos en los mercados a disparar mascletaes en Fallas

Vicente Argent, de 63 años de edad y residente en Canals, compagina desde hace décadas el negocio familiar con su afición por la pirotecnia

«Tenía 15 años y me acerqué al lugar en el que montaban un castillo, llovía y ayudé a taparlo, ahí empezó todo»

A la izquierda, Vicente Argent en su parada. A la derecha, saluda al público después de una mascletà en Xàtiva.

A la izquierda, Vicente Argent en su parada. A la derecha, saluda al público después de una mascletà en Xàtiva. / Perales Iborra

Viernes 15 de marzo de 2024. La Plaça de Mercat de Xàtiva bulle de activad, como todos los días en los que coinciden los stands de venta ambulante y los puestos del mercado sedentario. Los clientes van de un sitio a otro. Vicente Argent Climent (12-7-1960) ya tiene gente en la parada de huevos que gestiona desde hace años. Este vecino de Canals sigue con el negocio familiar y durante la semana visita otros pueblos como Montaverner, el Genovés o Rotglà. Sin embargo, Argent no trabaja solo en su parada. El pasado jueves fue el encargado de disparar la mascletà que la pirotecnia Tamarit montó en l’Albereda. Compagina los dos trabajos desde hace años.

«Soy un vendedor de huevos de toda la vida. Además de ir a los mercados, también reparto por bares y fruterías. Es el negocio familiar», explicó ayer a Levante-EMV. Su afición por la pirotecnia se convirtió en trabajo con el tiempo: «Mis padres me traían de pequeño a Xàtiva a casa de una tía. Y me quedaba unos días, por Fallas o por la Fira. Tendría unos quince años cuando me acerqué al lugar en el que estaban preparando el montaje de un castillo y se puso a llover. Todos los pirotécnicos estaban comiendo y solo estaba el dueño de la empresa. Me dijo si le podía ayudar, lo hice encantado y ahí empezó todo. La empresa se llamaba Hermanos Tortosa. Hicimos amistad y me enganché a este mundo».

Tras esta primera experiencia, Argent poco a poco fue haciéndose un hueco en la empresa y el sector: «Al año siguiente o al otro ya tenía un contrato para las fiestas de Sant Antoni de Canals. A partir de ahí ya empecé a trabajar el tema de la pirotecnia».

Tras la obligada «mili», Argent ya trabajaba de representante de las firmas de productos pirotécnicos y montaba mascletaes: «Iba a Bélgida, había una pirotecnia que se llamaba Hermanos Pla. Estuve con ellos 17 años». 

Luego cambió a la Pirotecnia de Turís, donde estuvo 25 años como representante y técnico de pirotecnia. Hace diez años hizo un cursillo de mercancías peligrosas y entabló relación con los responsables de la pirotecnia Platón, de Alfarrasí: «Estábamos dando clase y escuche un valenciano muy parecido al mío. Nos pusimos a hablar y me explicaron que tenían un pequeño taller. Hicimos amistad y un año me dijeron si quería ir a China, que era de donde todo el mundo importaba los productos. Esa fue la primera experiencia, luego fui diez años seguidos al país asiático. Aquello es otro mundo. Los petardos que vendían en aquel momento eran de buena calidad y a un precio muy competitivo».

«En todas las empresas me han tratado siempre muy bien, cuando he cambiado ha sido por un motivo de cercanía geográfica. Ya que vivo en Canals, mantengo la residencia en mi ciudad natal», explicó ayer. Ahora dispara con pirotecnia Tamarit, que también tiene taller en Alfarrasí. 

Consultado sobre si el sector de las mascletaes ha cambiado mucho durante las décadas en las que lleva trabajando, alabó los cambios centrados en mejorar la seguridad: «Antes había artículos muy diferentes, los calibres eran mucho más grandes. No hace falta tirar barbaridades. Lo importante es la prevención, ahora todo está mucho más controlado. Y eso se agradece, siempre hay que velar para que todo el mundo se lo pase lo mejor posible». 

También destacó la huella de los avances informáticos: «Ahora se dispara mucho con la asistencia del ordenador. Puedes elegir el ritmo, ya que el aparato lo ordena en base a décimas de segundo». Y también avisó del aumento de precios: «Todo ha subido mucho, antes las cosas eran más baratas. El coste de los productos pirotécnicos ha crecido entre un 30 y un 50 % estos años». Ha disparado en València, Canals, Alaquàs, Aldaia o Xàtiva: «Siempre me ha gustado mucho». 

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