Con el montaje Después de la lluvia, de Sergi Belbel, comienza su andadura Azotea Compañía de Teatro. La obra de Belbel se desarrolla precisamente en la azotea de un edificio de oficinas donde se refugian los empleados para fumar, algo que tienen totalmente prohibido por la empresa.

Entre cigarrillo y cigarrillo los personajes nos muestran sus debilidades, sus conflictos, sus vidas, pero lo hacen de forma anónima. Y es que ninguno de ellos tiene nombre. Tan solo los define un cargo: el jefe administrativo, la secretaria rubia, el mensajero, la directora ejecutiva, la secretaria morenaÉ Un puesto de trabajo que los condiciona y los engulle en un rol determinado: la secretaria rubia es tonta, la directora ejecutiva es una mujer dura y sin escrúpulos, el mensajero es un joven ligón...

Este aspecto, que quiere trasladar la sensación de un mundo impersonal, de la vorágine profesional que por momentos nos priva de cierta humanidad en lo que hacemos a diario, también corre el riesgo de trasladarnos un texto construido a base de tópicos. Según se perciba de una forma u otra, interesará más o menos.

La obra se mueve constantemente entre el drama y la comedia. No obstante, en el espectáculo dirigido por Ramón Moreno, la balanza se decanta por el tono más dramático, haciendo que los momentos graciosos sean menos pero más efectivos. La actriz Iris Lezcano es la que se desenvuelve con más espontaneidad en las escenas cómicas, mientras que el actor Jose Banyuls hace lo propio con las más reflexivas.

La atenta dirección escénica de Ramón Moreno -que ha cuidado el espectáculo al detalle-, la sólida iluminación de Víctor Antón y el acierto del espacio escénico han contribuido en gran medida a que este haya sido un buen comienzo para Azotea Teatro.