­De mirada huidiza y gesto afable, Nacho Larraz pasea como «pez en el agua» por su librería El Cresol, ubicada en el barrio de Patraix de Valencia, mientras repasa lo títulos más vendidos del verano. Este librero es desde julio el nuevo presidente del Gremi de Llibrers, un colectivo castigado desde hace años por los bajos índices de lectura en la Comunitat Valenciana, la llegada del libro electrónico o la gratuidad de los libros de texto, encabezada por el proyecto Xarxa Llibres.

«Los libreros siempre tenemos muchos frentes abiertos», afirma Larraz, a quien le esperan cuatro años de mandato marcado por las reformas que plantea llevar a cabo junto a la nueva directiva, formada por nueve libreros procedentes tanto del ala crítica como la moderada de la asociación profesional.

«Somos reformistas, no revolucionarios. No hay que perder el norte de nuestro cometido, tanto en las librerías como en la Fira del Llibre», asegura el presidente. Uno de los cambios más importantes que introducirán este año es la creación de un puesto de director técnico, que eliminará la figura del director de la Feria del Libro „puesto que ocupaba antes Glòria Mañes„ y que se encargará de realizar eventos, porque si algo se ha propuesto el Gremi, es ser más popular. «Queremos abrirnos más a los medios de comunicación, y para ello es necesaria la figura de un técnico especializado en la relación con los medios» afirma. El comunicador será el perfil predilecto para el colectivo de libreros a la hora de escoger a un director técnico, que además de contar con experiencia en medios de comunicación o gestión cultural, deberá de demostrar su conocimiento del sector del libro, dada su especialización. «Es un mercado muy específico. Queremos a alguien que pueda hacer algunas cosas mejor que los libreros. Por ello, buscamos este perfil», explica Larraz, quien ha renunciado al sueldo de presidente con tal de que el colectivo pueda asumir la entrada de esta nueva figura.

La oferta de la plaza se lanzará después del verano de manera pública, aunque dentro del sector del libro, con tal de «captar una persona cercana a los libreros», según el presidente, quien añade que valorarán más la experiencia que las titulaciones. «También queremos que tenga conocimiento sobre autores valencianos y sus obras, así como que tenga nociones sobre cómo funciona la administración pública», añade.

El presidente será cara de la Fira

El librero asegura que también introducirán cambios en la Fira del Llibre, aunque ello «no indica que lo que había antes estuviera mal». Según Larraz, el director técnico se encargará de la organización del encuentro anual junto a la directiva, que será el «órgano político» del colectivo, aunque la portavocía recaerá en la figura del presidente. Esta partición de poderes pretende aminorar el personalismo en la dirección de la Fira, cuyo proyecto ya ha sido presentado a la administración. «No vamos a pasar de una dirección completamente política a una tecnocracia. Se llevará a cabo una reforma activa, pero no drástica», concluye.