­Cuatro años y 9 días. Ese fue el periodo de tiempo en el que el preso número 4.208 permaneció en el campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria). Esas cifras marcaron la trayectoria del alcoyano Paco Aura, que a sus 98 años de edad, va a ver el episodio más duro de su vida „y el de la historia del continente europeo„ plasmado en un cómic de la mano de Jordi Peidro. Esperaré siempre tu regreso (Desfiladero Ediciones) es la novela gráfica que narra el periplo de este vecino de Alcoi, que con tan solo 18 años cruzó los Pirineos para enrolarse en la línea Maginot, para después acabar siendo un preso más del campo.

La obra, que se presentará el próximo 12 de diciembre en La Nau y el 20 de diciembre en la librería Futurama de Valencia, plasma a través de 200 páginas ilustradas el diario de Aura dentro de Mauthausen, fruto de tres años de trabajo por parte de Peidro, también alcoyano. «Estuve documentándome sobre él, y lo que creía que me iba a costar un año, acabó costándome tres años de trabajo», asegura a Levante-EMV el autor, quien además conocía, sin saberlo, al hijo de Aura. «Fue una sorpresa. Es una familia muy discreta», comenta, ya que en un primer momento, los hijos del republicano eran reacios a plasmar su historia en un cómic. «La familia intentaba proteger a Paco, que se encuentra muy delicado de salud. Además, él aseguraba no tener ganas de seguir contando su experiencia. Decía: ´Todo lo que tenía que decir ya lo he dicho´», asegura Peidro, que al final acabó convenciendo a Aura, que actualmente es considerado como el último superviviente de los campos en toda la Comunitat Valenciana.

Según el autor, todo comenzó tras leer el ensayo Francisco Aura. Resistencia i dignitat enfront de la desmemòria, de Blay, Beneyto y Lara. «Pensé que esta historia tendría que interesar a más gente que la que rodea al mundo de la academia, y decidí plasmarla en un cómic, a través del cual puede llegar a mucha más gente», señala. Según Jordi Peidro su intención no sólo era contar la barbarie nazi, sino narrar la perspectiva de Paco Aura, a quien el municipio dedicó un puente en memoria del holocausto en 2014. De hecho, los datos históricos van desgranándose al mismo ritmo que lo hizo el propio Aura. «Por ejemplo, él se enteró del exterminio judío en los campos a raíz de una conversación con un compañero español que había trabajado en las cámaras de gas. Aura podía ver el humo, las chimeneas y los cadáveres saliendo de las cámaras en Mauthausen, pero no sabía que la gente era exterminada allí con gas. Lo achacaban a las enfermedades o al hambre», explica el autor, quien se entrevistó con el alcoyano para que le aclarara algunos detalles de su experiencia para las ilustraciones. «Le pregunté sobre los zapatos que usaban en los campos, ya que en las fotografías antiguas no se apreciaba bien. Me explicó que las suelas estaban hechas de madera. Caminaban con los pies planos. Es por ello, que cuando salieron de los campos tuvieron que aprender a andar de nuevo, literalmente», explica. El título de la novela es un homenaje a la canción que cantaban los presos.

Se calcula que en Mauthausen murieron más de 7.000 presos españoles, entre un total de 9 millones de personas asesinadas de más de diez nacionalidades. Por este campo también pasó Francisco Boix, fotógrafo y único testigo español de los juicios de Nuremberg.

Aura fue liberado del campo el 5 de mayo de 1945, cuando llegaron las tropas aliadas. Desde entonces se comprometió a contar su historia, para que no se volviese a repetir. Tras salir con vida, acudió a casa de unos familiares en el municipio francés de Camplong, y no volvió a España hasta 1953, tras haber vivido una Guerra Civil, una Guerra Mundial y cuatro años en un campo del horror.