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Los autores teatrales levantan la voz

Los dramaturgos valencianos lamentan la incertidumbre del sector y reclaman un mayor reconocimiento de su trabajo - La Associació d'Escriptores i Escriptors de Teatre reúne en una antología 22 textos inéditos de autores contemporáneos

Los autores teatrales levantan la voz

La incertidumbre, la inseguridad... Amar la escritura teatral a pesar del dolor y la amargura que entrañe. Este es el hilo que une las reflexiones de más de una veintena de dramaturgas y dramaturgos valencianos. Veintidós textos, breves e intimistas, firmados por autores como María Cárdenas, Javier Sahuquillo, Xavo Giménez, Paula Llorens, Néstor Mir, Manuel Molins o Sònia Alejo, presidenta de la Associació Valenciana d'Escriptores i Escriptors de Teatre (Aveet).

Reivindicaciones impresas en papel que marcaron el punto de inicio de Aveet en 2013. Dos años después, en 2015, fueron presentados en la Sala SGAE Centre Cultural de València a través de la lectura dramatizada de los mismos miembros de la asociación. Textos breves en torno a la autoría, la escritura teatral o la importancia de escribir. Textos que pedían, y piden, el reconocimiento de su trabajo. Un deseo que «parece ir llegando», dice Alejo, «aunque muy lentamente».

Ahora -de nuevo dos años después- la autoría valenciana une su voz, y sus textos, para sacar a la luz una antología de lo que ya fue escrito en 2015. Y es que Alejo lamentaba que aunque los textos fueron escritos hace dos años, «la situación no ha cambiado demasiado desde entonces».

Una historia de precariedad

El teatre ací i ara (El teatro aquí y ahora) es el título del recopilatorio, un volumen publicado por Alupa Editorial, con la colaboración del Institut Valencià de Cultura y la Fundación SGAE, que será presentado el próximo lunes en la sede de la sociedad de autores a las siete de la tarde. Este será presentado por Robert March, de Alupa Editorial; José Vicente Peiró, crítico de Arts Escèniques; Jaume Pérez, director de Teatre; Sònia Alejo y Pedro Montalbán-Kroebel, ambos de Aveet.

Un recopilatorio que recoge el sentir personal de cada uno de sus autores. Que refleja, también, la resistencia del que insiste en ponen en valor su trabajo profesional. Y es que Alejo habla de que en muchos de los presupuestos de producción, la casilla que recoge el gasto previsto para la obra literaria está en blanco. Y no precisamente por evitar marcar un máximo de gasto en ella, sino por todo lo contrario.

«La mayoría de la dramaturgia valenciana, como supongo que ocurre en otros lugares, no está valorada por el mismo proceso de producción. Y nosotros, aunque no cobremos por el precio real de nuestra obra, seguimos ejerciendo porque ponemos la esperanza en la representación final de nuestro trabajo», explica.

Ella misma, como muchos de sus compañeros de profesión, se involucra en compañías de teatro o en la enseñanza para sobrevivir. «Es imposible vivir de la autoría», reconoce. Un trabajo que permanece en la sombra, y que no ha desaparecido gracias a la «necesidad de escribir de sus autores, a pesar de la precariedad».

Así, sus textos hablan y reflexionan de lo que significa escribir teatro, aquí y ahora. ¿Pero por qué «ahora», y por que «aquí»? Una menor inversión cultural por parte del Estado sumado a un perfil de ciudadano que cada vez busca más un teatro de diversión y rehusa su uso más crítico y reflexivo, no se lo ha puesto nada fácil al mundo de la dramaturgia valenciana, explica Alejo.

«El teatro siempre ha sido reflexión cuando lo demás ha sido ocio. El teatro permite un análisis sobre la vida, el alma y el ser humano. Nos cuesta vernos reflejados en nuestras miserias. Solo cuando estas están disfrazadas de burla somos capaces de aceptarlas», explica. Y aún así, aún con estos valores, las obras teatrales quedan relegadas a las estanterías de menor valor de las librerías.

Y al igual que le ocurre a sus libros, su representación final queda excluída de los grandes teatros. El lugar de la dramaturgia valenciana son las salas alternativas o los edificios públicos. Y este último solo desde que Roberto García, dramaturgo de profesión, es director adjunto de Artes Escénicas. «Los teatros privados tienen una finalidad comercial, su objetivo es vender productos que saben que funcionan para llenar teatros», explica Alejo, «y no consideran que la dramaturgia valenciana pueda hacerlo».

Asimismo, la autora teatral asegura que la acción de enero de 2017 en la que lanzaron al aire los textos de dramaturgos valencianos actuales para reivindicar la falta de reconocimiento de estos hasta que han fallecido, fue un «pequeño» puñetazo en la mesa. Y matiza «pequeño» porque cree que la brecha abierta a partir de su reivindicación se abre aún con lentitud.

Y es que Alejo explica: «Nuestra acción, como la próxima publicación de la recopilación de textos, es una manera de decir ´ey, oigan, estamos aquí, tenemos textos maravillosos en plena efervescencia, leánlos, interpreténlos y, sobre todo, valorénlos´».

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