El proyecto que Carlos Reyero ha presentado para dirigir el Museo de Bellas Artes de València se centra en la necesidad de adaptar los museos históricos al siglo XXI y buscar fórmulas para acercar el museo a las generaciones más jóvenes.

Además, plantea aprovechar la legitimidad histórica y el valor de las colecciones para reivindicar la existencia de los museos y generar un espacio crítico de reflexión donde pasado, presente y futuro se combinan «para crear una nueva conciencia y un nuevo relato museístico».

Entre los objetivos establece realzar la «singularidad y la importancia de las colecciones» del Museo de Bellas Artes y mejorar su proyección autonómica, estatal e internacional. Añade como prioridad la de fortalecer el carácter público del museo adaptando su funcionamiento a la diversidad de todos los públicos y establecer un programa de estudio y restauración de la colección.

Proyecto expositivo

En cuanto a la programación de exposiciones, propone mantener las muestras monográficas en las que se revisa la obra de los pintores vinculados al territorio valenciano; además de impulsar exposiciones que conecten con cuestiones de actualidad como la perspectiva de género, la violencia, el dolor, las creencias, los mitos y los fetichismos; así como muestras expositivas que contextualicen las colecciones del museo con incorporaciones puntuales de otras instituciones en las que se aprovechen dibujos, grabados, ilustraciones gráficas, libros y fotografías, además de pinturas y esculturas.

También plantea Reyero destinar una sala del museo para presentar nuevas adquisiciones, donaciones, obras restauradas o montajes derivados de los estudios científicos que se realicen.

Otras actuaciones reflejadas en el proyecto son convertir el Bellas Artes en un espacio de debate y conocimiento abierto a la participación y al diálogo para generar una reflexión crítica alrededor de la historia y la estética; impulsar las posibilidades educativas del espacio, mejorando la accesibilidad material e intelectual a las obras; promover actividades expositivas dentro y fuera del museo para mejorar la difusión de las colecciones y, a la vez, potenciarla a través de los medios digitales; dotar de paneles informativos actualizados todas las salas; y adaptar los itinerarios a los diferentes niveles de comunicación y comprensión histórico-artística del público.

Colaboración con otras instituciones

En el apartado de investigación, Reyero considera necesario establecer relaciones de estrecha colaboración con otros museos y centros de investigación, con especial atención a las universidades. Apuesta por promover becas de investigación que facilitan la acogida y la formación de estudiantes y profesionales jóvenes, reforzar los departamentos de conservación y restauración, así como diseñar un programa editorial que facilite la identificación visual e intelectual de las publicaciones del museo.