La madrugada del 9 de agosto de 1969, cuatro miembros de la llamada Familia Manson entraron en una mansión de Cielo Drive en Beverly Hills (Los Ángeles), donde se encontraba la actriz y mujer del cineasta Roman Polanski, embarazada de ocho meses, con unos amigos. No tuvieron piedad y acabaron salvajemente con la vida de todos. Una de las asesinas, Susan Atkins, es el personaje principal de «Susan y el diablo», la nueva obra del dramaturgo y director Chema Cardeña que se estrena hoy en el Teatre Principal.

«Pero este proyecto surgió hace dos años, mucho antes que la película de Quentin Tarantino», se apresuró ayer a aclarar Cardeña, durante la presentación de la obra que estará en cartel hasta el domingo. Se refiere el autor a la cinta Érase una vez en Hollywood, que también se inspira en el trágico suceso, y que se estrenó el pasado verano.

Cardeña, acompañado por los tres intérpretes de la obra -María José Goyanes, Manuel Valls y Marisa Lahoz- y el director adjunto de Artes Escénicas del Institut Valencià de Cultura (IVC), Roberto García, desgranó la trama de esta producción. La historia se traslada a 2008, Paul Walkins (Valls), un periodista del diario sensacionalista Black Star, acude a la prisión de La Frontera en Los Ángeles para entrevistar a Susan Atkins (Goyanes). Durante una hora y diez minutos, Paul interactúa con la reclusa -todo ante la atenta mirada y presencia de la funcionaria de prisiones Rosemary (Lahoz). Atkins lleva 14 solicitudes de libertad condicional para morir fuera de la cárcel a consecuencia de un cáncer terminal que padece. Lleva cumplidos 40 años de condena.

Cardeña explicó que la obra pretende ser un lugar de «reflexión sobre la justicia, el sistema penitenciario y la reinserción». «Planteamos dilemas morales, pero que el público sea quien tome las decisiones. Cuanto más nos paremos a pensar, mejor», dijo el dramaturgo para asegurar que el texto no toma partido en el caso. Sin embargo, él, en cierto modo, no se zafó de «mojarse» al respecto: «Cualquier persona que crea en la democracia coincidirá conmigo en que la cadena perpetua no es la solución; una persona que ha cometido un error hace 40 años puede rehabilitarse», reflexionó Cardeña. «Una cosa -matizó- es un violador o un psicópata y otra pedir salir para morir. Eso es venganza», dijo.

Goyanes aseguró que meterse en la piel de Atkins ha sido «un trabajo duro porque tienes que ser ella, entender y defender su causa, te la tienes que creer», sostuvo la veterana actriz. «Cuando asumes hacer un personaje, eres ese personaje; yo no sé hacerlo de otro modo», explicó. «Había momentos muy duros en los que me costaba encarnar algo tan bestia», dijo la intérprete.

Cardeña aprovechó la ocasión para reivindicar a los autores «periféricos». «No hace falta estrenar en Madrid», pero «me gustaría que los valencianos saliéramos más, no tenemos ningún complejo, lo hacemos muy bien», añadió. Y concluyó: «Desde hace 33 años solo he trabajado y sigo aprendiendo. Yo creo en el teatro, es necesario y vital en nuestra sociedad».