El Palau de les Arts ha pasado desde su fundación hace 15 años «casi por todo», incluido un juicio por malversación, y «toca posicionarlo de nuevo», «construir algo sólido y que perdure», según su director, Jesús Iglesias Noriega, que ayer presentó en Madrid la programación del coliseo operístico valenciano y su transformación en «un teatro musical».

En esta nueva etapa, el estreno el sábado de Elektra, con montaje de Robert Carsen, será «un punto de inflexión», «una prueba de fuego» porque significa «volver al repertorio alemán», dijo el director artístico de Les Arts, cuyos anteriores gestores están pendientes de la sentencia del juicio por malversación de fondos públicos.

En la certeza de que el Palau, un complejo arquitectónico «emblemático» no es un sitio al que «por inercia» vaya el público, sus actuales responsables creen que es necesario «aumentar mucho» su actividad para rentabilizarlo y convertirlo «en un teatro musical» en el que «cada uno busque su espacio». A los seis títulos de ópera habituales cada temporada se sumarán, dijo Jesús Iglesias, ciclos de lied, conciertos líricos, flamenco, jazz, danza, música sinfónica, zarzuela «y, en algún momento, un musical».

Según señaló el director de les Arts, la ocupación el pasado mes de diciembre con Nabucco alcanzó el cien por cien, como también ocurrió con Las bodas de Fígaro, de Mozart, y como se espera que ocurra con Elektra, para la que está «casi todo vendido». Sin embargo, no ocurrió lo mismo con la zarzuela La tabernera del puerto, que en tres funciones no llegó ni al 50 por ciento del aforo vendido. Este comportamiento «irregular» de la taquilla, sumado a una falta de público suficiente en un área metropolitana de cerca de dos millones de habitantes, y a una media de edad en la ópera de 60 años, ha provocado como principal «obsesión» de Les Arts atraer a un «público joven», por lo que destacó los descuentos especiales y los programas específicos. «Queremos atraer a nuevos públicos. De momento -ha admitido- lo que mejor funciona aquí son o artistas como Raphael o los de 'Operación Triunfo'».

València, afirmó, tiene un millón de habitantes «pero no tiene la cantidad de público que correspondería. Es verdad que hay mucho turismo, pero el turista no va. Hay que moverlo mucho».

En cuanto a la programación, Iglesias, insistió en que quiere acabar con el «desequilibrio» ya que en los últimos años estaban muy centrados en el XIX y no se hacía nada de barroco desde 2008 ni del repertorio centroeuropeo o del siglo XX. Hasta ahora todas sus producciones han sido alquiladas pero en la temporada próxima se sumarán a coproducciones internacionales, que se estrenarán en otros países, y en el futuro quieren liderarlas para que su estreno sea en València.

Añadió que está «previsto» que el Ministerio de Cultura, «que pone medio millón de euros» de los 23 de su presupuesto -18 millones proceden de la Generalitat-, entre en su patronato «aunque este ejercicio no haya podido ser».