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El canon de la ilustración valenciana, según MacDiego

El diseñador rescata en una colección dibujos, carteles y páginas de cómic de medio centenar de artistas desde la década de los 80

El canon de la ilustración valenciana, según MacDiego

Sostiene MacDiego que debe ser algo relacionado con eso de que desde pequeños cada mes de marzo salgas de casa y te encuentres con unos muñecos enormes plantados en medio de la calle. «O a lo mejor es algún ingrediente de la paella, que tiene ese poder secreto», apunta también. Pero sí, en la Comunitat Valenciana hay una especial y particular «afición por el garabato», señala el diseñador y publicista, que viene desde antes de la Guerra Civil y que hoy en día vive por aquí una especie de «edad dorada».

«A mí el mundo de la ilustración siempre me ha interesado, porque soy un ilustrador frustrado. Y como además tengo cierta amistad con todo este personal, gente que no son solo conocidos, sino que son amigos, he decidido llevar a cabo este proyecto, que como soy un hortera y un egocéntrico, he decidido llamarle MacDiego’s Dogs».

En este proyecto desarrollado junto a la imprenta Mundo Gráfico, MacDiego ha rescatado los trabajos de medio centenar de ilustradores -la mayoría de ellos valencianos o que trabajan en la Comunitat Valenciana- y los reproduce en laminas de papel Turner de 190 gramos y de hasta un metro de alto.

En la primera tanda de «MacDiego’s Dogs» ya encontramos a algunos de los ilustradores más reconocidos en el actual panorama valenciano. De Calpurnio (aragonés instalado desde hace años en València) encontramos dos portadas de Cutlas y los «Casi Basquiat» y «Casi Chirico» protagonizados por el vaquero. Cento Yuste ha aportado dos ilustraciones realizadas el pasado año y Cristina Durán la portada de la revista «The Valencianer» de 2017. Vemos ilustraciones del también escritor de ciencia ficción Juan Aguilera y de Leviathan.

«He contactado con cerca de 50 ilustradores de momento -explica MacDiego-. Hablo con ellos, les cuento la idea y se van sumando. Muchos quieren hacer cosas aposta para el proyecto, y por mí perfecto, pero les digo que también tienen muchas cosas hechas que podemos rescatar, cosas que hace tiempo se metieron en un cajón o entre las páginas de un cómic y que ahora tienen un sentido nuevo. ¿Por qué no puedes tener un cómic que te gusta, enmarcado y grande en tu habitación».

Es el caso, por ejemplo, de Paco Roca, de quien el proyecto ha reproducido páginas de las «Memorias» y «Andanzas» de un hombre en pijama, y también las portadas de «El faro», «La casa» y la reciente «Regreso al Edén».

Aunque la base de «MacDiego’s Dogs» es claramente valenciana, en estos primeros pasos del proyecto encontramos también ilustradores foráneos como el pamplonés Agustín Ferrer Casas, quien ha aportado sus láminas «arquitectónicas» dedicadas a Francisco Javier Sáenz de Oíza y Jorge Oteiza, Mies van der Rohe y Denise Scott Brown y Robert Venturi. Del leonés Miguel Ángel Martín vemos sus ilustraciones dedicadas a Don Quijote de la Mancha o una página del álbum «Sicotronic Records» de 2009. Y del catalán Miguel Gallardo encontramos, entre otros dibujos, un cartel de la Feria de abril de Cataluña de 2010.

«La ilustración, como la publicidad o el cómic, siempre ha sido tratado como un arte de segunda, algo a lo que podías aspirar si no sabías hacer otras cosas -asegura MacDiego-, pero eso ahora ha cambiado y esas imágenes que ahora sacamos de la cajonera -y ojo que no he dicho cojonera- puestas en un salón nos identifican mucho más que la caza del zorro que tenían nuestros padres en sus casas».

La colección, promete MacDiego, se va ampliando rápidamente y en ella ya apunta nombres consagrados de la ilustración valenciana como Daniel Torres o Sento Llobell. «Tendremos a los grandes dioses de la ilustración», proclama. En cuanto al criterio de selección, además de la cercanía personal, el diseñador reconoce que el principal es que las obras cumplan con sus gustos personales. «Hay muchos estilos diferentes porque a mí me interesa la temática, no el estilo. Quiero que se refleje cierta maldad, ser pecador, que se confunda la línea entre lo correcto y lo incorrecto.

Hay, además, dos normas que rigen el mundo «MacDiego’s Dogs». Una, que la tirada de cada lámina será de 69 ejemplares. «No sé qué tiene ese número, pero me gusta», informa. Y otro es que nada de superhéroes. «A mí me gustaban los superhéroes cuando tenía 15 años y me preocupa que a un señor de 40 le sigan gustando».

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