Artista y diseñador, Jaime Hayon, aunque nacido en Madrid, tiene su casa en València. Ha llevado su obra a las principales galerías y ferias de diseño y arte de todo el mundo, ha recibido numerosos premios y está considerado como uno de los creadores más influyentes de la última década. La ya icónica figura «The Guest», que ha creado para la firma valenciana Lladró, protagoniza la lámina que Levante-EMV entrega hoy en «Iconos del diseño valenciano. Del 1930 al 2022» en colaboración con València Capital Mundial del Diseño y el Arxiu Valencià del Disseny.
¿Quién es «The Guest»?
El Guest es un personaje simpático, cañero, parte sueño y parte humano, con una postura de orgullo y de ‘allá vamos’. Es un soñador.
¿Qué quería trasmitir con este diseño?
Sin duda, optimismo y fantasía.
¿En qué se inspiró para crear este personaje?
Hace 20 años, estuve muy metido en el mundo de los toyz, un movimiento bastante relevante entre artistas gráficos o ilustradores. Realicé varios personajes que tuvieron mucho éxito, especialmente en Asia. Con el Guest, la intención era traducir este concepto a la nobleza de la porcelana y crear una plataforma de colaboraciones con artistas y diseñadores que serían invitados a vestir el Guest con su estilo propio. En realidad, el Guest son los demás.
¿Dónde le gustaría ver a este simpático personaje?
La verdad es que ha sido desde trofeo de premio hasta acompañante en museos, escaparates, galerías. Es escultura y la vez muy cercano. Me encanta encontrármelo por el mundo.
Lladró ha cambiado de rumbo. ¿Ha sido fácil adaptarse a esa nueva imagen?
Trabajé con Lladró durante años para acompañarles en una evolución coherente con sus valores y adn, que fuese capaz de colocar a la marca dentro de la esfera del diseño contemporáneo. Me parece que logramos dar el giro que necesitaba para abrir un presente y un futuro a la marca.
¿Podemos considerar que «The Guest» es ya un icono dentro de la firma?
Es totalmente un icono y ha tenido mucho éxito.
¿Cómo llegó esa colaboración con Lladró?
Un asesor internacional les recomendó mi figura para hacer de art director. Planteamos la base de una colaboración y creamos un departamento de diseño interno. Invitamos a diseñadores internacionales potentes a participar en el proyecto. Construimos caminos nuevos. En paralelo, realicé una colección como diseñador, Fantasy, que tuvo muy buena acogida.
¿Cuánta libertad le dieron?
Bastante. No fue fácil, pero había ganas de evolución. Anteriormente, eran los escultores -maravillosos- quienes dirigían la creatividad. Se creó otra manera de pensar, donde la fuente de la creatividad fueran conceptos más que estilos o posiciones. Se buscó la profundidad, sin dejar de potenciar la tradición increíble que tiene la empresa.
¿Cómo diría que es el sello Hayon?
Seguramente tiene que ver con la imaginación, el humor, la fantasía, el respeto y admiración por la artesanía, las formas orgánicas y el trabajo a partir de un mondo (tema) específico.
Defínase: ¿diseñador o artista? Porque su trabajo ha estado en museos.
Para mí es lo mismo y parte de una única cosa: la creatividad. Mi trabajo está en las casas, en los restaurantes, en los museos, en las galerías, en las plazas públicas, en un lienzo… Me es imposible desvincular ni el arte ni el diseño ni los sueños de espacios.
¿En qué se inspira cada día?
Hay tantas cosas que me inspiran... Conocer culturas nuevas, la naturaleza, la historia, el folclore, la magia y la manera como están dispuestas las piedras en un portón.
Tiene proyectos por todo el mundo. Podría perfectamente tener su estudio en Nueva York, París o Tokio. ¿Qué tiene València para que un diseñador de su reconocimiento tenga su principal estudio aquí?
Justo porque antes de València tuve mi estudio en Londres varios años y era un lugar muy interesante, dinámico, rico, internacional, pero a su vez complejo, caro, a veces gris y en el cual había que salir de casa cuatro horas antes para llegar a tiempo a un vuelo. En aquella época empece a viajar a València para la asesoría a Lladró y veía en València lo contrario: un lugar fresco, lleno de tradición, calidad, sencillo, buena comida, buena luz y una vida fácil. Suelo estar viajando más de la mitad del año y en los viajes encuentro la diversidad cultural, el ambiente internacional, los grandes museos, la intensidad. Cuando llego a casa, València, encuentro el buen vivir.
¿Qué es, para usted, un icono del diseño?
Objetos que no se hagan viejos con el tiempo, más bien que adquieran más valor aun con el paso de los años, tanto por su forma, material e idea.
¿Qué espera de 2022, cuando València sea capital mundial del diseño?
València es un lugar maravilloso. Invito a todos mis clientes y amigos a venir a conocerla y no hay quien no quede prendado de lo que descubre. Hay también una artesanía e industria maravillosas al igual que un gran deseo de hacer y ser cada vez mejor. Estoy convencido que se merece la capitalidad.
¿Estamos en la etapa dorada del diseño?
El diseño ha pasado a formar parte de la vida de todos y de todas las cosas. Es una buena época para el diseño.
Jaime Hayon ha diseñado también mobiliario como esta mesa de BD Barcelona para crear un espacio amplio y confortable pero escultóricamente bello.
La colección Faunacrystopolis para Baccarat celebra la belleza de la naturaleza y la importancia de proteger el mundo que nos rodea.
La figura está hecha a mano en los talleres de Lladró siguiendo un proceso enteramente artesanal.
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