Coldplay echa de menos la energía y las vibraciones del directo. Añora hacer feliz a la gente. Y por eso vuelve con «Music of the Spheres», su noveno álbum, que despliega un ritmo superior a sus últimas producciones y la premisa de recuperar el tiempo perdido, dar un paso adelante y conquistar los estadios que la pandemia ha tenido cerrados este último año y medio.

«Nuestro anterior disco (»Everyday Life», 2019) estaba hecho para ser escuchado en un ambiente íntimo, no para ser tocado delante de miles de personas en grandes estadios. Era mucho más introspectivo. Pero este es un intento de solucionar grandes problemas, de abrazar las grandes situaciones que se dan en la vida. Queremos inyectar color, diversión, positividad en la música. Es color y energía», dijo Will Champion, batería de Coldplay.

Canciones como «My Universe», hecha en colaboración con el grupo coreano BTS; «Higher Power», el primer sencillo del álbum, y «Humankind» son algunos de los ejemplos más claros de lo que explica Champion. Explosiones de color hechas para que cuando Chris Martin se suba al escenario pueda dar saltos, ser feliz y transmitir energía al público.

«Con el álbum anterior sabíamos que no íbamos a hacer giras, pero también sabíamos que este tipo de música llegaría otra vez. Cuando sabes que vas a ir de gira te influye en la forma en la que escribes las canciones y en cómo esperas que suenen. Esto es lo que ha pasado aquí», apunta Guy Berryman, bajista de la banda.

Pero como es tradicional en las producciones de Coldplay, que esta alegría está repartida con piezas más tranquilas y sentimentales.