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La liberación de Máximo Huerta

El valenciano gana el Premio Fernando Lara con la novela «Adiós, pequeño», un drama familiar

Máximo Huerta, la madrugada del viernes con el premio que lo acredita como el ganador del Premio Fernando Lara Raul Caro

«Mi madre hubiera sido más feliz si yo no hubiera nacido», sorprendía ayer Máximo Huerta, ganador del Premio Fernando Lara de novela. Pero el valenciano, si con alguien ha querido celebrar el galardón dotado con 120.000 euros, ha sido con Clara, su madre. A ella le llamó desde los Reales Alcázares de Sevilla al recibir el premio, y con ella celebró , con un desayuno en su casa de Buñol, el galardón. Pero ella, su faro, según desveló él mismo, no podrá leer ‘Adiós, pequeño, la novela premiada que Planeta publicará el 15 de junio, porque «ya ha empezado a diluirse». Precisamente ese proceso, que se inició hace tres años, fue el que indujo al escritor a expresar sus sentimientos en la obra que ahora lo consagra entre la elite de la literatura. «No escribí esta novela para publicarla sino porque necesitaba escribirla para mí mismo; y esa libertad es la que también me hizo llevarla a buen puerto», comparte. Porque la historia de ‘Adiós, pequeño’, que Máximo presentó bajo el seudónimo de Luis del Remedio, la empezó a escribir realmente desde sus «primeros años de vida». Es su historia. «La historia de una familia que guarda demasiados secretos para intentar ser feliz. Una familia que utiliza el silencio como solución a todo. ‘Adiós, pequeño’ es una despedida, y al mismo tiempo un hola a la inquietante madurez», explica Máximo Huerta, Màxim cuando ejerce todas las tardes de presentador en À punt. Porque el valenciano (Utiel, 26 de enero de 1971), tras su paso efímero por el Ministerio de Cultura -estuvo apenas una semana en el cargo tras presentar la dimisión al salir a la luz una infracción tributaria de doce años atrás-, sigue haciendo lo que más le gusta, comunicar. «Da igual cómo», apuntaba en una entrevista a este periódico. Y lo hace. Ayer , por ejemplo, comentando Eurovisión.

«La historia de una familia que guarda demasiados secretos para intentar ser feliz. Una familia que utiliza el silencio como solución a todo. ‘Adiós, pequeño’ es una despedida, y al mismo tiempo un hola a la inquietante madurez"

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Hijo de camionero y modista, Máximo, empezó en RNE y Canal 9, desde donde dio el salto a ‘Crónicas Marcianas’ y al programa ‘Moros y Cristianos’. De las noches pasó a las mañanas con ‘El programa de Ana Rosa’, donde igual hablaba de política, de los realities de la cadena o los vericuetos del corazón. Allí estuvo once años y fue en esa etapa cuando empezó a publicar sus primeras novelas. A la primera la bautizó como: ‘Que sea la última vez que me llamas Reina de la Tele’. La premiada será la octava de su cosecha -hace solo dos años alcanzó un gran éxito de ventas con ‘Con el amor bastaba’ que fue traducido a varios idiomas y fue la primera novela que firmó como Máximo-. En 2014, Huerta ganó su primer galardón literario con ‘La noche soñada’ y el jueves se convirtió en el rostro más popular y mediático de todos cuantos han ganado el Premio Fernando Lara, lo que puede interpretarse como una apuesta de Planeta por este premio, al elegir, de entre las 365 obras presentadas, un autor de la casa conocido por el público.

Tras su paso por el Ministerio, Huerta dejó Madrid para regresar a Buñol y convivir con su madre. En las últimas fechas, y a través de sus redes sociales dónde es muy activo, el escritor ha ido compartiendo con sus seguidores la enfermedad de su madre con frases como «Cuando los hijos únicos nos convertimos en padres de nuestros padres y la vida habla sola». Y así lo hizo el jueves por la noche cuando, desde la tarima donde recibió el premio, le dijo a su madre: «vete a la cama ya, mamá». Esta, dice, ya es la novela de su «vida», y «siempre» la recordará.

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