Los valencianos que hicieron historia en la sombra

La psicóloga forense y escritora Paloma Juan publica una guía con algunos profesionales que dejaron huella en el arte, la ciencia o la economía

Helena Cortesina con sus hermanas, Ofelia y Angélica, en una de las películas de la primera cineasta española.

Helena Cortesina con sus hermanas, Ofelia y Angélica, en una de las películas de la primera cineasta española.

Carla Melchor

Carla Melchor

En la historia, ha habido muchos valencianos memorables, y en áreas muy diversas. Algunos fueron verdaderas celebridades en su época, como el escritor Vicente Blasco Ibáñez, Sor Isabel de Villena, la soprano Lucrecia Bori, el pintor Joaquín Sorolla, la primera Miss España Pepita Samper, el actor Antonio Ferrandis, el cineasta Luis García Berlanga o el arquitecto Rafael Guastavino, constructor de muchos símbolos urbanos de Nueva York. 

Sin embargo, hay otros nombres que se han perdido con el paso del tiempo, otros incluso han trascendido poco en la esfera pública. La escritora valenciana Paloma Juan ha recopilado todos ellos en un libro ‘Valencianas y valencianos que cambiaron el mundo’ (Vj), donde están presentes tanto las biografías conocidas como aquellas que se han diluido en la historia. 

Esta psicóloga forense comenzó a aficionarse a las biografías hace años. «Normalmente leía la vida de personas conocidas, como algunas reinas o famosos del Hollywood del pasado», apunta Paloma Juan. «Me atraía la idea de investigar por mí misma con tal de esclarecer lo que sucedió con algunas personas». Un día acabó hablando con sus amigos de personas conocidas de València. Salió el nombre de Joaquín Sorolla y también el de Blasco Ibáñez. «Empecé escribiendo las biografías de estas personas en versión corta, pero después de una empezaba otra, así hasta crear un compendio de vidas que acabaron formando un libro», explica. 

Retrato de la  impresora  Antonia Gómez  de Orga.

Retrato de la impresora Antonia Gómez de Orga.

La fundadora de una saga

Su obra es una guía de los valencianos que marcaron su papel en la historia, aunque de algunos ya ni nos acordemos. Es el caso de Antonia Gómez de Orga, una mujer «invisible» detrás de la imprenta más famosa del siglo XVIII de València. Era esposa del reputado impresor Joseph de Orga. Tras el fallecimiento de este, Antonia tuvo que asumir el oficio para sacar a su familia adelante. 

Fundó una imprenta propia en la calle Creu Nova, frente al Colegio el Patriarca. Imprimió muchos de los 5.000 libros que se imprimieron en València durante el siglo. Tras su fallecimiento, sus hijos tomaron el relevo, continuando una estirpe de impresores valencianos, junto a los Monfort o los Bordázar. 

La primera directora de cine

Probablemente, el nombre de Helena Cortesina suene de poco, también el de Elena Cortés Altabás, el verdadero nombre de la que fue la primera mujer directora y productora de cine en España. Nació en el barrio del Cabanyal en 1903. Fue conocida como la ‘Venus valenciana’ por sus papeles iniciáticos como modelo. De hecho, posó para el lienzo ‘Danzarinas griegas’ de Sorolla. Después de su debut en el cine decidió abrir su propia productora, Cortesina Films, en los años 20. Su primera película como directora fue ‘Flor de España o la historia o la historia de un torero’. El guionista fue José María Granada, a quien erróneamente se le atribuyó la autoría del filme, pese a que quedaba patente que era la primera película rodada por una mujer en España. 

Aunque su carrera no quedó ahí. En los años 30 era una de las principales actrices de las obras escénicas de Federico García Lorca. Pero con la llegada de la Guerra Civil se exilió a Argentina, donde acabaría falleciendo a una edad avanzada.

El fotógrafo José  Martínez Sánchez.

El fotógrafo José Martínez Sánchez.

El inventor del papel de foto

Otros de los nombre poco conocidos de la obra de Paloma Juan es el de José Martínez Sánchez, vecino de Bicorp. Se trasladó a Madrid para abrir un estudio de fotografía en la misma Plaza del Sol.

Junto con Jean Laurent inventó el papel leptográfico, que permitió disminuir el uso de la plata en la fotografía abaratando además los costes. Este nuevo método hacía posible que el retratado obtuviese su fotografía en media hora, cuando antes debía esperar varias horas. Este valenciano trabajó para el Gobierno a la hora de fotografiar obras públicas y sacó retratos de la realeza española. Está considerado uno de los primeros maestros españoles de la fotografía, y su segunda esposa, Alejandrina Alba Muñoz, fue la primera mujer censada como fotógrafa en España. 

Sin embargo, su figura cayó en el olvido, y por una razón de alianzas. A diferencia de Martínez Sánchez, su socio Jean Laurent firmó cada leptografía que hacía como «leptografía Laurent», lo que le dio fama de ser el inventor de este famoso avance. La obra del valenciano estuvo relegada aún más al olvido a raíz de su desaparición. Sí, su desaparición. Abandonó su casa y su familia. Volvió como si nada un año después, cuando abrió un estudio fotográfico donde hoy se encuentran los jardines de la Generalitat. 

Las fotografías de este valenciano se encuentran en el Instituto del Patrimonio Cultural de España y en la Bibilioteca Nacional de España, donde también se guardan sus retratos a miembros de la Familia Real. 

El arqueólogo aficionado

La persona más desconocida del libro de Paloma Juan quizás sea Mariano Jornet Perales, militar de carrera procedente de la localidad de Bélgida. De pequeño, vivió situaciones de pobreza extrema por lo que fue trasladado al hospicio de la Misericordia de València. Inició su carrera militar a temprana edad y acabó como teniente. Luchó en la guerra de Cuba, por la que ganó diversas condecoraciones. 

A raíz de sus destinaciones militares se aficionó a coleccionar restos arqueológicos. Su interés fue tal que comenzó a formar parte del servicio de investigación de prehistoria de València. Aunque la investigación de su vida fue la publicada en el libro ‘Bélgida y su término municipal’. En vida, recibió la visita de investigadores de Oxford que acudían a Bélgida interesados por los hallazgos del valenciano. Su colección arqueológica se puede ver tanto en el Museo de Arqueológico de València como en el museo que fundó su pueblo. 

La obra de Paloma Juan también incluye la vida del pintor José Segrelles, el militar republicano Vicente Rojo, el actor Antonio Ozores o la pintora Manuela Ballester, «cuya trayectoria quedó eclipsada por la de su marido», Josep Renau. 

La abogada Ascension Chirivella.

La abogada Ascension Chirivella.

Los estudios, un tabú en la mujer

El libro también recoge las historias de otras dos profesionales valencianas, aunque ellas son más conocidas que el resto de personajes mencionados. Sobre todo, porque en los últimos años se han hecho esfuerzos por recuperar sus figuras, entre ellas el Colegio de Abogados de València, que ha reivindicado la figura de Ascensión Chirivella. Ella fue la primera licenciada en Derecho que pudo colegiarse en España para ejercer como abogada. 

Una historia parecida es la de Manuela Solís Clarás, la primera universitaria valenciana y primera mujer que obtuvo la licenciatura en Medicina en la Universidad de Valencia a finales del siglo XIX. 

'Jarrón de lilas', de Fernanda Francés,  en el Museo del Prado.

'Jarrón de lilas', de Fernanda Francés, en el Museo del Prado.

La pintora que hizo las Américas

No tuvo la oportunidad de hacer estudios reglados por su condición de mujer. Su padre fue quien le enseñó a pintar y tuvo éxito en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. La popularidad de Fernanda Francés Arribas fue ganando fuerza, llevándola a exponer en Buenos Aires y Chicago, además de en París, Berlín o Munich. Su obra más célebre fue ‘Jarrón de lilas’, que se expone en el Museo del Prado.