Todos los caminos del Santo Cáliz llevan a València

Los 650 km que separan Somport de Valencia protagonizan parte de una nueva serie documental que puede verse en Netflix. «Misterios de la Fe» muestra una alternativa al reconocido Camino de Santiago: el Camino del Grial. Se trata de una peregrinación que acaba en la Catedral de València, donde en una capilla se custodia el reconocido como Santo Cáliz que la Iglesia defiende que usó Jesucristo en la Última Cena.

Desde los Pirineos de Huesca hasta el Mediterráneo valenciano, Cristina Monzón y Alejandro Martínez Notte hacen de ‘embajadores’ de esta ruta espiritual que recorre un centenar de municipios de Huesca, Zaragoza, Teruel, Castellón y Valencia.

A diferencia de la del Camino de Santiago, los protagonistas destacan que es una ruta «en zigzag», no en línea recta, y transcurre por los sitios en los que se tiene constancia del paso de la reliquia, no rememora una peregrinación medieval. La catedral de Jaca, el Monasterio de San Juan de la Peña, el Castillo de Loarre o el Palacio de la Aljafería en Zaragoza son algunas de las paradas.

La valenciana Cristina Monzón y el argentino Alejandro Martínez son youtubers y bloggers de viajes y, movidos por la curiosidad de ella a raíz de una conferencia de la doctora Ana Mafé —que ha buscado evidencias científicas sobre el Santo Cáliz— decidieron ir a los orígenes de la historia. Al compartir contenido en sus redes —con autofinanciación y ayuda de un pequeño crowdfounding—, un día recibieron la llamada de una productora extranjera, con quienes hicieron varias entrevistas en Zoom y, posteriormente, grabaron en Huesca y València.

Después, les llegó la sorpresa cuando les llamaron para anunciarles la fecha de emisión de los capítulos y les comunicaron que era en la plataforma Netflix.

Varias reliquias del cristianismo

«Misterios de la Fe» —estrenada este mes— está dedicado a varias reliquias y objetos sagrados, como la corona de espinas de Cristo de la Catedral de Notre Dame de París, la Vera Cruz o la Santa Faz. Cristina Monzón yAlejandro Martínez aparecen ya en el primer capítulo, donde empieza la historia del Santiago Grial que finaliza en el segundo, grabado en València como destino final del recorrido.

Para Monzón, la historia del cáliz «es espectacular y tiene multienfoques, desde diferentes perspectivas: como la religiosa, la histórica o, incluso, la cavalleresca».

Los protagonistas defienden que el Camino del Santo Grial podría ser «motor económico a través de un turismo sostenible» —slow y green, dicen—, una «oportunidad única de descubrir el patrimonio de Aragón y la Comunitat Valenciana, a paso lento, desde una mirada consciente y respetuosa con el medio ambiente».

También parte de la conocida como «España vaciada»: «nos ha tocado el corazón pasar por muchos pueblos y aldeas, sin posibilidad de supervivencia, y donde nos decían que ojalá se convirtiera en un camino de peregrinación, porque podría ser una oportunidad para ellos, emulando el éxito del Camino de Santiago».

Opción para la ‘España vaciada’

Más que competencia con el camino gallego, el de Huesca a València puede sumarse a este, presentando a España como destino de turismo religioso o de aventureros que quieran tener una experiencia espiritual, en conexión con la naturaleza, la historia y el patrimonio.

Monzón y Martínez aseguran que el paisaje es «maravilloso y espectacular», bajando desde los Pirineos hasta tocar el mar, pasando por «campos de cereales, viñedos y naranjos». No obstante, piden que se visibilice y se impulse, pues aún es muy desconocido.

«Reivindicamos que se señalicen todos los tramos y un poco de amor patrio para defenderlo, y que los pueblos conozcan el relato, porque muchas veces la gente local no lo conocía. Es una historia conocida internacionalmente pero somos poco defensores de lo nuestro», lamentan.

El documental ya está generando respuesta, pues Monzón asegura que les ha escrito gente de países como México diciéndoles que harán el camino que finaliza en la Catedral de València.

Ambos protagonistas recuerdan que València se prepara para ser en 2025 ciudad jubilar, efeméride que se celebra a perpetuidad cada cinco años. Cuenta la tradición cristiana que la reliquía fue de mano en mano, pasando durante los siglos por Antioquía, Roma, Hispania (gracias a San Lorenzo) y varios lugares del Reino de Aragón, hasta que Alfons el Magnànim lo dio a la Catedral de València como pago de una deuda el siglo XV... y la monarquía nunca lo recuperó.