Las luces y sombras de “Orfeo ed Euridice” llegan a les Arts

La producción operística de Gluck que supuso una renovación en la historia de la música llega con el montaje de Robert Carsen, en cuatro sesiones del 3 al 9 de marzo y protagonizada por el contratenor Carlo Vistoli

Directores y elenco de "Orfeo ed Euridice".

Directores y elenco de "Orfeo ed Euridice". / Miguel Lorenzo

Seres humanos entre la mitología, el amor, la muerte… estos son los ejes de la historia universal de “Orfeo ed Euridice”, la próxima producción operística que llega al Palau de les Arts de València, una obra de Cristoph Willibald Gluck con el montaje de Robert Carsen, que triunfó la temporada pasada por primera vez en la ciudad con la aclamada ‘Elektra’.

Desde la Tierra hasta el inframundo, “Orfeo ed Euridice” se representa por primera vez en les Arts, aunque la historia ya pudo verse en el Palau de la Música, pero con un montaje de hace años que nada tiene que ver. Esta azione teatrale per musica de tres actos, de una 1h 25 min de duración, se representará el 3, 5, 7 y 9 de marzo en la sala principal de les Arts. Es la segunda obra de Gluck (1714-1787) que llega al coliseo, en más de una década.

La superproducción actual se ha representado anteriormente en Chicago -donde se estrenó-, Roma, Toronto y dos veces en París. Para Jesús Iglesias Noriega, director artístico de les Arts, es una obra imprescindible para la historia de la música, pese a que su autor “no ha tenido esa renaissance” de otros célebres creadores de ópera. Un “gran espectáculo internacional, muy visual, sobrecogedora, acorde a la historia y de extrema belleza”, según Iglesias.

En la presentación de la ópera, Gianluca Capuano, director musical, explica que esta es “una producción importante para hacer comprender qué era ‘Orfeo ed Euridice' y la vuelta de tuerca que supuso para la historia de la música". Lo que se verá en el Palau de les Arts está basado en la primera versión de Gluck, estrenada en 1762 en Viena, pero la ópera ha tenido dos fases: "una primera, 'metastasiana' [en referencia a Metastasio], con los virtuosos de la época, que manipulaban la dramaturgia y la estructura de la ópera partida, cambiaban la trama, con mucha historia secundaria y un público que entraba y salía, porque era otro tipo de ambiente. Luego, en una segunda fase, Gluck sintió la necesidad de volver a la simplicidad, poner en el centro la trama, respetando los tiempos y los cánones aristotélicos; y el papel del coro se convierte en central y protagonista; volviendo a la pureza original", explica Capuano.

El protagonista, "conmocionado desde el principio"

Para el protagonista indiscutible, el reconocidísimo contratenor Carlo Vistoli, esta es una ópera que le ha "conmocionado desde el principio". El de Orfeo es un papel que ya ha interpretado varias veces (algunas con otro montaje) y también había trabajado ya con Gianluca Capuano, así como con Francesca Aspromonte, que interpreta a Euridice. Completa el reparto Elena Galitskaya, en el papel de Amore. En este caso, y a diferencia de otras óperas, cabe destacar el protagonismo que tienen la Orquestra de la Comunitat Valenciana y el Cor de la Generalitat.

Vistoli había protagonizado conciertos en España, pero no óperas, por lo que esta ocasión es además, su debut en escena en València. "Es una ópera que está en mi corazón desde la que la protagonicé en Roma. Con su potencia y simplicidad, todo se basa en transmitir a través de la palabra y el canto, además de con el cuerpo", explica a los medios. A pesar de que a nivel vocal no le supone un grandísimo reto -por no tener artificios ni virtuosismos-, el contratenor del momento explica que la obra le ha "enseñado mucho" ya que, por ejemplo, debe "dosificar la energía" y "controlar la respiración" para "llegar al tercer acto en forma". Y es que, Orfeo lleva todo el peso de la obra y es el único personaje siempre presente, sin descansos.

Cabe destacar "el diálogo especial" que establecerá con el coro, "que es casi un cuarto personaje, con la importancia que le daban las tragedias griegas". Entre otras cosas, han trabajado en recuperar "la naturaleza de las palabras y las frases", añade, porque reconoce que se nota en algunos detalles que Gluck no dominaba el italiano.

Simple, pero profunda y no superficial

Por su parte, Gianluca Capuano destaca que es una ópera "con un significado muy profundo, una simplicidad que no quiere decir superficialidad. Lo que se ve en escena corresponde a esa simplicidad profunda, no hay escenografía ni objetos", añade. Los espectadores se encontrarán con "un impresionante paisaje desnudo", avanzan desde Les Arts.

Para Christopher Gayral, adjunto al director de escena, "el libreto, la música y la historia son perfectas". "Los personajes van vestidos de negro, de luto, es un set y una apuesta muy simple, pero con una iluminación muy efectiva y gráfica, ya que el escenario es minimalista y hay que decidir bien dónde enfocar la luz, que es otro lenguaje sobre el escenario", apunta Gayral.

Sobre Carsen, su adjunto asegura que sus producciones son "atemporales" y que es un director que ha sabido transmitir "un lenguaje propio y muy personal". "Hay que encontrar la manera de comunicarse y saber cómo hablar y dirigirse al público para que cualquier generación nos entienda", añade. La iluminación corre a cargo de Peter van Praet, además de Carsen; y el responsable de la escenografía y el vestuario es Tobias Hoheisel.

El “Orfeo de Euridice” que llega a València es una coproducción de Théâtre des Champs-Elyseées, la Canadaian Opera Company, el Teatro dell'Opera di Roma y la Opéra Royal de Versailles. Entre el Clasicismo, el Racionalismo y el Romanticismo, Gluck recuperó el mito del apuesto Orfeo, quien pierde a su amada Eurídice y decide bajar al inframundo para recuperarla, previo pacto con la diosa Amore.

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