El Estado se queda el Cristo que el joven Sorolla le copió a Velázquez

El Gobierno ejerce su derecho de tanteo sobre el lienzo que el artista valenciano pintó a los 19 años y lo adquiere por 70.000 euros 

cristo sorolla

cristo sorolla / L-EMV

Voro Contreras

Voro Contreras

El Estado ha comprado por 70.000 euros la copia que Joaquín Sorolla hizo del Cristo crucificado de Velázquez del Museo del Prado a los 19 años. La pintura, un óleo sobre lienzo de 75 centímetros de largo y 50 de ancho, estaba hasta ahora en manos de un coleccionista privado y fue subastada el pasado martes en la casa Segre con un precio de salida de 60.000 euros.

Según informa la revista especialiada Ars Magazine, hubo un intercambio de pujas hasta que la obra terminó adjudicándose en los 70.000 euros de martillo, momento en el que el representante del Estado ejerció su derecho de tanteo.

¿A qué museo irá?

Se desconoce de momento en que museo el Estado va a depositar este cuadro de un Sorolla aún principiante pero que ya demostraba su pericia como artista y la influencia de los grandes maestros españoles, especialmente de Velázquez.

La misma revista apunta que en las redes sociales se ha apuntado la posibilidad de que vaya al museo del Prado para que pueda exponerse junto al original, o incluso al Bellas Artes de València. «Pero a tenor de las últimas compras creo que es más fácil inclinarse hacia el Museo Sorolla», señala el autor del artículo de Ars Magazine.    

Cristo crucificado de Velázquez.

Cristo crucificado de Velázquez. / Museo del Prado

El discípulo y los maestros

Sorolla siempre vio en Velázquez un maestro al que recurrir en varias etapas de su carrera. Sobre todo al principio de la misma, cuando todavía era un joven aprendiz de pintor que ya apuntaba a talento descomunal.

En 1881 Sorolla realizó su primera visita a la pinacoteca madrileña, donde entró en contacto con los antiguos maestros españoles, especialmente con Ribera y Velázquez. «Tal fue su admiración por la pintura de Velázquez que trabajó en la ejecución de varias copias que le sirvieron a la vez para aleccionar y perfeccionar su técnica», señala Segre en el catálogo de la subasta.

Estos estudios realizados por el joven Sorolla son un fragmento del Retrato de Mariana de Austria, que pertenece actualmente a la colección Masaveu, otro fragmento de Las Hilanderas o una copia el Menipo que se guarda en el Museo Sorolla, entre otros.

Cristo de Sorolla

Cristo de Sorolla / L-EMV

Testigo de juventud

Estas copias las guardó Sorolla para sí en una carpeta durante toda su vida, «como testigos gratos de aquellos días inolvidables entregado al culto, siguiendo en esto a tantos de sus compañeros, por el más grande de los pintores del mundo», tal como escribió Bernardino de Pantorba, en ‘La vida y la obra de Joaquín Sorolla’.

Aun así, ese mismo 1883 en el que ha sido datado en Segre el Cristo velazqueño pintado por Sorolla, está fechado otro estudio de Cristo claramente influido por el genio sevillano que el autor le regaló a Clotilde del Castillo, esposa de su mecenas Antonio García Peris y también su futura suegra.

El fragmento del Cristo de Velázquez copiado por Sorolla estuvo hasta 1976 en manos de los descendientes de Amalio Gimeno, un reputado médico y científico cartagenero, que llegó a ser ministro de Marina, Gobernación, Fomento e Instrucción Pública y Bellas Artes. Además, fue un gran amigo de Sorolla, con quien compartía ciertas ideas progresistas, que lo retrató en dos ocasiones.

Poca pintura religiosa

Los datos históricos aproximan al Sorolla de los primeros años a la pintura religiosa, pero los jurados de los concursos de pintura de la época infravaloraban este tipo temática, por lo que el artista decide cambiar de rumbo. En 1884 su cuadro El grito del Palleteres premiado por la Diputación de Valencia con una pensión para estudiar en Roma, dando inicio así a una nueva época en su vida y su trayectoria artística que harían de él el pintor valenciano más internacional de la historia.

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