Teatro social contra la opresión de la mujer

Usuarios de Avapace y estudiantes de Integración Social han elaborado una obra inclusiva y accesible que presentaron con éxito en Las Naves

El IES Jordi de Sant Jordi y AVAPACE presentan la obra de teatro "Quiero!".

El IES Jordi de Sant Jordi y AVAPACE presentan la obra de teatro "Quiero!". / Miguel Angel Montesinos

El teatro es cultura, pero también inclusión, superación, integración, comunicación, denuncia o igualdad. Estos son algunos de los valores que encarna un proyecto que llevan a cabo desde l’Associació Valenciana de Paràlisi Cerebral (Avapace) con estudiantes de FP del ciclo de Integración Social del IES Jordi de Sant Jordi de València.

Este curso, «¡Quiero!» ha sido la propuesta con la que han usado diferentes estrategias comunicativas, recursos y sistemas de comunicación aumentativos y alternativos diferentes al lenguaje hablado para eliminar barreras y «ofrecer el derecho al acceso inclusivo a la cultura y la igualdad de condiciones y oportunidades».

Como explican los participantes, se trata de una propuesta escénica basada en la metodología del «teatro del oprimido» de Augusto Boal, autor que contemplaba el arte escénico como una actividad dedicada a la mejora efectiva de la vida de los grupos sociales más desfavorecidos.

El resultado de «¡Quiero!» —una obra coral— pudo verse en Las Naves de València, el pasado mes de febrero, pero Avapace y los estudiantes del instituto ya llevan colaborando desde 2020 con proyectos de teatro social; desde el instituto, con alumnado del ciclo de Sistemas alternativos y aumentativos de comunicación. Desde entonces, han compartido con los usuarios de la asociación «obras pensadas y creadas desde el espíritu de la accesibilidad universal».

Este año, han construido la propuesta como resultado de un proceso de investigación y reflexión sobre sus propias trayectorias vitales de opresión y por eso la han convertido «en una fuerza activa de denuncia y transformación social». Entre otras cosas, llevaron al escenario la importancia y «el poder de decir ‘no’ y decidir lo que se quiere». «Cuando compartimos nuestras experiencias nos dimos cuenta que, a pesar de nuestras limitaciones y capacidades, las opresiones eran las mismas», apuntan.

Se centraron, en concreto, en las opresiones de la mujer en la transición hacia la etapa adulta, desde diferentes ámbitos —las familia, las amistades, las redes sociales, el trabajo...— y la lucha hasta liberarse. Las protagonistas encarnaron una misma mujer, pero en diferentes etapas vitales. «La obra permite a los espectadores sumergirse en las vidas de los personajes, generando empatía y comprensión», afirman, además de «mayor concienciación».

Más autoestima y confianza

El grupo de teatro de Avapace —asociación surgida en 1972— nació como una «respuesta ingeniosa» durante los primeros meses de la pandemia de covid-19 y ha ido creciendo con el grupo y sumando colaboraciones, como la del instituto de València.

En «¡Quiero!» han participado 13 estudiantes, el equipo docente del módulo y cinco personas usuarias por parte de Avapace, junto a la asistente de acompañamiento que jugó un papel fundamental para conocer las necesidades de las personas de la entidad. Además, Sono·lab —laboratorio de experimentación sonora y disruptiva— puso música i sonido a la parte escénica, mientras que Las Naves ofreció el espacio.

Los beneficios de este tipo de teatro en clave más social son numerosos, además de servir de «plataforma» para llegar al resto de la sociedad. Sus impulsoras explican a este diario que han notado «un aumento significativo en la autoestima y la confianza de los participantes». También «ha reforzado «el trabajo en equipo y las habilidades sociales».

«Esperamos que esta obra sirva como catalizador para un cambio más amplio en la sociedad en la percepción de la discapacidad y la diversidad», afirman. «Queremos desafiar estereotipos, contribuyendo a la construcción de una sociedad más comprensiva y respetuosa».